jueves, mayo 31, 2012

Adoctrinando a la Juventud V


Cuando fuimos tan crueles

A la hora del recreo, hay siempre un niño solo en el patio. Todos los demás juegan mientras él se refugia en un rincón. Mira a los otros con una mezcla de envida, admiración y vacío, muy quieto, como si temiera ofender a alguien. Tiene nueve años y ya sufre la herida que tendrá abierta toda su vida. Es diferente a los demás y lo rechazan por eso. No se le dan bien las matemáticas, ni la lengua, ni siquiera la gimnasia. Sin embargo, no le falta una sonrisilla en la cara cada vez que alguno le llama por su nombre, aunque sea para burlarse de él.
Lo recuerdo así, paradito, mirando fijamente con aquellos ojos grandes y desproporcionados. Eran principios de los años ochenta y estábamos en cuarto curso. Por entonces las cosas funcionaban de otra forma. Había un profesor al que le gustaba ridiculizarlo delante de todos. Le hacía que se tumbara en el suelo, que saltara, que cantara con su vocecilla aguda, que hiciera el mono... Los demás nos reíamos a carcajadas y aquellos momentos eran los más felices del día en nuestros pequeños y crueles corazones. Ahora me parece que fui cómplice de algo horrible, pero yo era “normal”, como mis compañeros, y había que despreciar al diferente. Existían normas no escritas que justificaban nuestra conducta.
Vergüenza. Ese es el sentimiento que sobrevuela mi cabeza cada vez que algún recuerdo al azar me trae las imágenes de aquel niño que un buen día desapareció del colegio y que nunca más volvimos a ver. Finalmente supimos que sus padres habían aceptado la realidad y se lo habían llevado a otro sitio donde le pudieran ayudar. Por desgracia, del profesor solo conservo su estampa despiadada. No digo que aquel hombre no tuviera también valores positivos, pero jamás me llegaron a calar sus enseñanzas.

viernes, mayo 25, 2012

Edades

Richard tiene 62 años, Gina 32. Richard y Gina son marido y mujer. Se casaron hace 6 años. Cuando los conocí, hace 3, Richard era un hombre activo. En aquellos tiempos su edad doblaba a la de Gina. 'Soy un hombre afortunado', me decía entonces. Richard trabajaba construyendo casas. Gina pintaba y le llevaba la contabilidad. Si la gente hablaba sobre su diferencia de edad, no parecía importarles.

'Parece que ella le ayuda mucho con los libros y llevando el negocio', decía Linda, una amiga de Richard a la que conocí en esos días.

Hoy estoy de nuevo con Richard y Gina. Él ya no trabaja tanto, porque desde hace año y medio ha tenido varias operaciones de implantes de prótesis. En la cadera derecha, en la rodilla izquierda, y la otra cadera está de camino. Al ser un hombre activo, la inactividad puede con él. Se le ve tristón. O, al menos, no tan alegre como antes.

Richard y Gina viven en una casa amplia, con jardín y varias habitaciones, en una colina con vistas a la ciudad de Dunedin. Dunedin tuvo la primera universidad de Nueva Zelanda, y uno de los sueños de Richard era preparar un mini apartamento en la parte de abajo de la casa para que Kaitlyn, su nieta de 10 años, lo utilizara cuando viniera a estudiar a la universidad, y así pasar más tiempo con ella.

Ahora las cosas han cambiado. Están pintando la casa, dándole un repaso, para venderla y luego irse a otro lado. Richard no quiere, pero Gina necesita un cambio.

Y claro, no puedo dejar de preguntarme si Gina aguantará todo el proceso de envejecimiento de Richard, y al mismo tiempo si Richard espera que lo aguante, o se aferra a esa esperanza. El concepto de pareja para toda la vida en el que nos educan, aunque ya no tan estricto, sigue estando muy presente en nuestros días. En mi opinión, el que Gina siga o no en el futuro con Richard  no es algo importante, pensar en la felicidad futura lo que consigue es distraernos del momento presente, que es lo único real y verdadero.

Richard y Gina han sido felices el uno junto al otro hasta ahora, que es lo que vale. Lo que quiero decir es que si cuando se conocieron les hubieran dicho que en breve se casarían, disfrutarían un tiempo juntos y que 7, 10 o 15 años después se separarían, ¿habrían elegido vivir como han vivido hasta ahora? ¿Qué sentido tendría en este caso apostar por 'la felicidad futura', decidiendo no iniciar una relación sabiendo que va a terminar y perderse los 7, 10 o 15 años de felicidad intermedia? ¿Acaso existe el concepto de 'sufre durante unos años pero después serás feliz (aparte del camelo de la religión)? ¿Acaso no es más realista vivir el presente tal y como llega, sin tomar decisiones sobre nuestra 'felicidad futura'?

Aquí supongo que entramos en terreno pantanoso, porque siempre se puede argumentar que hay casos y casos: por ejemplo, yo puedo elegir no comer más tarta de chocolate porque sé que si sigo comiendo en un momento futuro me encontraré mal físicamente. Pero parece que la misma lógica que aplicamos a decisiones con un resultado a muy corto plazo la aplicamos a decisiones con consecuencias a medio y largo plazo. Y no tengo tan claro que todo funcione igual. En unos casos supongo que sí (por ejemplo, si quiero arroz un año tengo que plantarlo con tiempo en la época apropiada) y en otros no. Como en el caso de Richard y Gina. Cuando se casaron, ¿esperaban estar toda la vida juntos? ¿Era Richard, por el contrario, consciente de que quizás su matrimonio durara un determinado tiempo hasta que Gina buscara a alguien más joven con quien estar? ¿Y Gina, era consciente Gina? ¿Habrían seguido el mismo camino si conocieran su futuro a n años vista? ¿Qué es más importante, la felicidad futura o la felicidad presente? ¿O acaso la felicidad pasada?

domingo, mayo 20, 2012

El miedo

El miedo es el título de uno de los relatos más conocidos del escritor uruguayo Eduardo Galeano. En el mismo describe magistralmente, en apenas cuatro líneas, el sufrimiento de un pequeño conejo de indias al que le abren la puerta de la jaula. Cuando el animalito ve la posibilidad de escapar, le produce tanto terror lo que hay más allá de los barrotes, que se queda quieto, en su sito, temblando.
Los políticos, reforzados por los medios de comunicación, se dedican a pregonar a los cuatro vientos lo mal que van las cosas, el déficit tan tremendo que sufrimos, el número de parados, la falta de solvencia económica, la pobreza... y aún vaticinan tiempos peores. Uno se imagina el futuro a corto plazo como un Apocalipsis terrible.
Si bien es cierto que estamos sumergidos en una grave crisis, parece que unos y otros pretenden usar estos argumentos para justificar cualquier tipo de recortes, de rebajas salariales y de disminución en los derechos sociales que tantos años de lucha han costado conseguir. Infunden miedo en la gente, en el ciudadano de a pie, que se ve al borde de un abismo oscuro y desconfianza en el emprendedor, que no se atreve a dar el primer paso por no hundirse en arenas movedizas. El miedo echa raíces en cada individuo, que a su vez se encarga de contagiar a otros. El temor al futuro nos está encadenando, enjaulando en un presente en el que nos dedicamos a vivir con el espíritu mermado.
En estos tiempos, parece que el cuento de Galeano está más de actualidad que nunca. Somos como el pequeño conejo de indias, que ante el desconocimiento de lo que hay más allá y ante las perspectivas que otros auguran, ni siquiera se plantea dar un paso hacia un nuevo horizonte, hacia un destino que de alguna manera controle.
El miedo nos tiene paralizados y mientras tanto, quienes se aprovechan de las circunstancias, siguen haciendo caja.

miércoles, mayo 16, 2012

15Musica y Video

Hola, os dejo un enlace a la pagina web en la que he estado trabajando las ultimas semanas, http://15musica.democraciarealya.es, donde podeis descargar el album surgido a partir de las concentraciones del 15 de Mayo en Madrid y en toda Espanya. Os dejo tambien aqui el video con mi aportacion musical a este proyecto, 15 Segundos de Conciencia.

Que lo disfruteis!!!

viernes, mayo 11, 2012

Opiniones de gente "respetable" sobre la Marihuana

Aquí os dejo un artículo de La Voz de Galicia sobre la inauguración del Museo del Cannabis de Barcelona en el que se incluyen opiniones y puntos de vista a favor de su legalización de gente, como el fundador de Virgin, a la que no me atrevería de calificar de asesino en potencia for fumar porros, como algún lector de este blog tuvo a bien denominarnos en cierta ocasión a los consumidores de cannabis.


Que lo disfrutéis.

Manis del 12 de Mayo

Os dejo un mapa interactivo muy guapo donde podéis ver las diferentes manifestaciones convocadas a nivel mundial para este sábado, 12 de mayo, y sus detalles correspondientes. Cortesía de democraciarealya.es.

jueves, mayo 10, 2012

Elegir

Hay muchas ocasiones en la vida en las que es complicado decantarse por una postura determinada. Elegir un camino condiciona y más cuando uno titubea en la encrucijada, sobre todo si los argumentos de las partes enfrentadas tienen razón. ¿Puede ser algo blanco y negro a la vez? Si entendemos la verdad como relativa, sí.
Me parece que a mi edad, tengo las ideas asentadas, pero sobre esa base más o menos fuerte, se construyen torres de cristal que amenazan con desmoronarse con la brisa más leve.
Hace mucho tiempo —tendría yo unos veinte años—, creía tener unos principios sólidos, asentados sobre rocas firmes. Veía a mi alrededor a mucha gente perdida, sin ese faro que marca con claridad el rumbo a seguir en las noches más cerradas. Pensaba que tenía suerte porque no era como esos pobres naúfragos que buscaban en mitad de la nada un tablón al que agarrarse. Estaba contento con mi forma vivir. Pero habitaba entonces en una isla y no lo sabía. Mi mundo estaba separado de los otros y sin se consciente, había construído mis pilares en terreno volcánico.
Lo que ocurrió después, cualquiera se lo puede imaginar. Primero fue un temblor de tierra, suave, casi inapreciable, luego un latigazo y al final, la temida erupción que arrancó de raiz mis cimientos.
Por eso digo que es tan complicado elegir, porque los principios en los que se fundamenta el pensamiento pueden cambiar con un movimiento bajo los pies. Nadie está exento de esto y de hecho, vemos ejemplos a nuestro alrededor cada día.
Esta reflexión viene a cuento porque he llegado a la siguiente conclusión: me cuesta adoptar una postura determinada. Hay momentos, en los que con toda rotundidad, señalo mi preferencia, pero hay otras muchas veces, en las que no sé por dónde ir. Entonces me siento molesto, porque no solo pienso en mí, sino en lo que los demás pensarán y ahí está mi verdadero dilema y mi error.