sábado, enero 28, 2012

Mazurka en Sol

Querida desconocida:

Quizás no debería llamarte desconocida, pues ya nos hemos visto varias veces en las clases de danza, y ya nos hemos dado varios abrazos. Pero te lo llamo, eso, desconocida, porque aunque seguro que me lo has dicho, no recuerdo tu nombre, y lo poco que sé de ti es una ínfima parte de la vasta totalidad de tu existencia. No sé de dónde eres, en qué trabajas, si es que trabajas, cuántas hermanas tienes, si tus padres viven... no sé nada de tus logros, de tus miedos, de tus anhelos... en definitiva, no sé de ti más que lo que me contaste el otro día antes de comenzar la clase, que te estás yendo a vivir sola, y que te gusta el baile.

Así pues, querida desconocida, quería decirte por escrito que me encantó bailar el otro día contigo. Tienes una energía muy especial, la noto cuando te abrazo, y la mazurka que bailamos ayer juntos fue eso, especial. Déjame que te diga que diga que bailas muy bien, y que es un gustazo ser tu pareja en el baile. Incluso la sensación de sentirme llevado en determinados momentos tenía su gracia. Como además yo sabía en qué momentos asumías el mando de forma inconsciente, te dejé hacer.

La mazurka es un baile precioso. Ya me avisaba otra compañera de danzas hace un par de meses, cuando asistí a clases por vez primera. '¿No conoces la mazurka? Es preciosa'. No puedo más que coincidir con su apreciación. La mazurka es lo suficientemente sencilla, y a la par tan elegante y tan abierta a la improvisación que permite crear esa complicidad especial con la pareja que tú y yo sentimos la otra noche.

Al final del baile te abrazaste a mí y apoyaste tu mejilla en mi hombro; yo siempre estoy dispuesto para un abrazo, y además, la magia del momento hacía que sintiera mucho amor hacia ti, por lo que te correspondí uniendo mi respiración a la tuya, sintiendo tu cuerpo. Como Merteuil decía en uno de sus escritos, en definitiva, respirando amor. Pasaron unos segundos y seguíamos abrazados. La gente supongo que cambiaba de pareja, comentaba la jugada...

Últimamente el sexo y el amor forman para mí parte del mismo paquete: cuando tengo sexo con alguien es porque siento amor hacia esa persona. Por otra parte, me resulta muy fácil sentir amor en general, cada vez siento más amor incondicional, aunque al mismo tiempo me estoy volviendo más selectivo con la gente con la que me acuesto; supongo que ya no me vale con que me den sexo, necesito que vaya también acompañado de amor.

Y en el otro sentido también funciona: cuando siento mucho amor, mi sexo responde. Y eso fue lo que me pasó en ese momento que permanecimos abrazados sintiendo tanto amor el uno por el otro. Comencé a sentir cómo mi polla se estaba poniendo dura.

Es un trabajo intenso el que tengo que hacer ahí. Muchas veces suelo llevar pantalones holgados de tela, y como estábamos en danzas, ayer era uno de esos días. Además, casi nunca uso ropa interior, así que mis erecciones son bastante evidentes. El trabajo que intento llevar a cabo en esos momentos es el de aceptar a mi cuerpo de forma consciente, porque no es que esté proyectando un deseo que se manifiesta en forma de erección, sino que (creo que) mi amor se refleja en forma de erección. Pero claro, a ti casi no te conozco y estábamos en medio de un grupo de unas 40 personas. Cuando me sucede esto, que hacía tiempo que no me sucedía (quizás porque hacía tiempo también que no abrazaba tan íntimamente a una desconocida) tiendo automáticamente a intentar controlar mi erección, pero claro, me doy cuenta de que lo hago por vergüenza de qué puedes pensar de mí o qué puede pensar otra gente que se encuentre alrededor y note mi azoramiento (sobre todo las chicas). Es interesante cómo nos afectan los condicionamientos inconscientes incluso aunque seamos conscientes de ellos. Y como intento actuar sin que me condicione la opinión externa, yo soy así, si me aceptas, bien, y si no, también, pues suelo en esa situación librar una batalla interna conmigo mismo: me estoy excitando, ya te vale, es por tu proyección sexual inconsciente, que no, que a lo mejor es por amor, ya, pero ¿y si no lo es? Bueno, pero si no te dejas fluir e intentas pararlo ya te estás condicionando a ti mismo, claro, pero tienes que pensar en la chica que te está abrazando, que se puede sentir incómoda, bueno, pero es que yo soy así, ahora mismo al menos de forma consciente no estoy proyectando ningún deseo sexual ni quiero que se sienta agredida ni incómoda...

Y así un buen rato y siempre con el runrún de calibrar en qué punto de extensión y ángulo se encuentra mi erección y si tú la estás notando y controlando al mismo tiempo el que cuando nos separemos no se note mucho.

Pero todo está bien, siempre. Así que a seguir trabajando.


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