Costumbres desagradables
Anabel no soportaba el vicio de su compañera Pepa de leer en voz alta las esquelas del periódico. Se recreaba haciendo comentarios sobre la edad de los finados de turno y la comparaba constantemente con la suya. No ahorraba en detalles escabrosos sobre las causas posibles de las defunciones. Por suerte para Anabel, aquella costumbre se perdió el día que apareció publicada la esquela de Pepa en el diario local.
No hay comentarios:
Publicar un comentario