El claustro
Muros grises que guardan el claustro,
qué secreto esconden de las miradas,
quién fue amante, y quién amada,
quién fue la oscuridad y quién astro.
Alma de piedra y alabastro,
por el paso del tiempo dorada,
en el eco del silencio, callada,
a tus pies mi soledad arrastro
por el frío suelo de camposanto.
Corazón de olvidado convento,
desde tu austeridad has visto tanto...
Verdad que un día fue lamento,
y murió sobre la piedra en llanto,
con el paso del tiempo firme y lento.
v.m.j.a. (abril 2000)
3 comentarios:
Blancas son las flores que me entregaste,
fuego hay en la carta que me escribiste,
del borde de mi sonrisa tú me robaste
lo que quisiste.
Son tus brazos de acero, un escondite,
y tu cálido vientre es un regalo,
tu mirada y tu voz, que no me los quiten,
pues hacen buenos los ratos malos.
Ardientes son mis labios que te desean,
lumbre hay en la cintura de quién te ama,
por eso deja que cure, deja que vea,
todas tus llagas.
Llama a mi puerta,
entra en mi vida,
y ven a mis brazos,
no pronuncies palabras,
queden callados tus labios.
No preguntes nada,
pues el pasado es pasado.
Quítame de mi boca,
este sabor tan amargo,
que yo lameré tus heridas,
con el amor que nunca te han dado.
Dame tu vida,
que la mía ya te la he entregado...
hace ya tantos días,
que lo has olvidado.
Arranca el dolor de tu alma,
que yo te arroparé en mis brazos,
brillen tus ojos al mirarme,
que ya bastante has llorado,
Y bésame en silencio,
pues el pasado es pasado.
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