Decadencia
Cuando tuvo que fotografiar la decadencia no se le ocurrió mejor idea que salir a la puerta de su casa, dirigirse hacia la tapia medio derruida de una obra abandonada y tomar varias instantáneas. Sobre la desconchada pared, habían pegado sucesivos carteles anunciando conciertos y otros espectáculos. Se superponían unos a otros formando un grosor considerable. Medio arrancados, dejaban entrever, como libros de historia, acontecimientos pasados. Supo que tenía la foto perfecta cuando dio, por casualidad, con el cartel amarillento y desgarrado de un grupo de rock cuyo vocalista murió trágicamente a las pocas semanas de aquel evento.
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