La gárgola
La gárgola rie insolente,
con su boca desdentada,
mira desde su altura ,
con desprecio y arrogancia.
Sus ojos guardan los secretos,
de los que por debajo pasan,
y escupe algunas veces,
gotas sucias de agua.
Su corazón de piedra no sabe,
que mientras el tiempo arrasa,
su piel esculpida se deshace,
en granos de arena blanca.
Ella sigue riendo,
con la ignorancia cegándole el alma.
v.m.j.a.
2001
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