Tu nombre
Miro a mi corazón
y en el más oscuro rincón,
siempre veo tu nombre.
Miro al cielo azul,
y las nubes caprichosas,
dibujan tu nombre.
Abro mis brazos al viento
un viento que sopla veloz,
y en un susurro dice tu nombre.
Olor a limpio y tierra mojada
aspiro en mi alma,
y en el centro de todo, tu nombre.
Las paredes ya ocres,
y llenas de manchas oscuras,
en la ciudad gris y negra
con su manto de humos densos,
con su agobiante calor sucio
y su tristeza de cemento.
Camino por sus calles
en el silencio que es la vida
y solo salgo del laberinto
cuando recuerdo tu nombre.
v.m.j.a. 2001
1 comentario:
Podrías llamarte Abel, el buen hermano,
tus ojos esmeralda lo sugieren,
podrías llamarte Abel, nunca Caín,
tus ojos lo sugieren, y tus manos.
Las manos de un artista bondadoso,
de brazos firmes que ofrecen protección,
te llamarás Leonardo, tus gestos lo sugieren,
y el ritmo de tu aliento y de tu corazón.
¿Cómo lo sé? Habrás de preguntarte,
si aun no conozco con qué palabra he de llamarte,
lo he percibido en la distancia corta de la espera,
antes de que te pierda en la próxima estación.
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