En tarros de miel
Tarde de mayo. Entramos en el paraíso cuando el sol pegaba fuerte y picaba. Entre risas, y deprisa, la cerveza comenzaba a regar nuestras gargantas secas y a aplacar la sed acumulada a lo largo de cientos de noches con las manos atadas con cuerdas implacables. La música llenó todo y nos dejamos inundar por ella. Comunión perfecta entre escenario y albero. Las horas cayeron sin darnos tiempo a frenar el reloj (y es que los buenos momentos vuelan). Cuando nos dimos cuenta, ya estábamos de cháchara con la luna. Guardaré estos momentos en tarros de miel.
1 comentario:
Muy buena...el lunes experimenté algo parecido a tí en el concierto de Marea...gritar las letras de sus canciones (como las de Sínkope)es todo un desahogo... y que bozarrón tiene el tío!!
"...puedo comer mierda
y acostarme en los portales
si a la noche tengo a alguien que me abraza,
que me abraza,
sólo quiero que me quieran,
como tú, como tol mundo,
deshaciendo primaveras,
enhebrando los segundos..."
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