lunes, abril 30, 2012

Formas de corrupción

El ser humano es corrupto por naturaleza. En toda sociedad, por muy democrática y avanzada que sea, siempre existen ciertos individuos que se aprovechan de las circunstancias y de su posición para el beneficio propio y de los suyos. Y de esto tenemos un montón de ejemplos a lo largo de la historia. La tolerancia a esa corrupción es directamente proporicional al nivel de vida de la ciudadanía. En época de vacas gordas las cosas, aún siendo graves, lo parecen menos y se ven de otra manera.
Hoy es diferente. En la situación económica y social actual, los casos que surgen sientan como una bofetada. La gente, que está harta de apretarse el cinturón y de vivir con estrecheces, clama todo el peso de la justicia para quienes se envuelven en estas tretas.
Pero hay una corrupción distinta a la que voy a llamar corrupción moral. Me refiero a esas conductas, que si bien no son ilícitas, son completamente indecentes. Hace unos días, nuestro máximo representante, el primero de los españoles, ha dado un espectáculo lamentable que ha sido reprobado en medio mundo. Es muy fácil hablar y pedirle sacrificio a los ciudadanos mientras uno se prepara para participar en cacerías solo aptas para millonarios.
Luego dirán que se cuestiona el papel de la monarquía, pero con la que está cayendo, la actitud de varios integrantes de la familia real en los últimos meses, patriarca incluido, es vergonzosa.
Me siento engañado por unas personas, que no nos equivoquemos, están para servirnos y no al contrario. Las imágenes del monarca que han circulado por internet parecen sacadas un tiempo en el que los reyes daban rienda suelta a sus caprichos a costa de los oprimidos súbditos.
Todo el mundo se equivoca, pero estas cosas no deben suceder nunca.

martes, abril 24, 2012

Fuera de Mí

Hoy ha sido un día tranquilo, me lo he pasado en casa. He practicado un poco el no hacer nada. En realidad sí que he hecho algo (he estado leyendo, he dormido, cocinado, he tendido la lavadora y recogido la ropa que ya estaba seca...), así que no se puede decir que haya practicado realmente el arte de no hacer nada. Y, sin embargo, me siento como si realmente no hubiera aprovechado el tiempo.

Debe ser que, aunque ya llevo tres años de viaje y parcialmente alejado del mundo moderno (parcialmente porque de vez en cuando vuelvo a España y doy algún curso) sigo sin quitarme de encima la sensación de que, si no hago algo provechoso, estoy perdiendo el tiempo. Muy interesante, porque en estos momentos realmente no NECESITO hacer nada para subsistir. Tengo dinero ahorrado, vivo en casa de la nena sin pagar alquiler, y de vez en cuando toco en los mercados del fin de semana para compensar en parte los gastos del día a día. Y, sin embargo, no sé, parece que si me paso el día leyendo, no me siento del todo bien.

Hablando de leer, estoy leyendo un libro del que seguramente habréis oído hablar, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, de Haruki Murakami (por cierto, gracias Libo por regalarme el Kindle; cuando lo recibí no lo valoré en su justa medida, y ahora me parece un aparato súper útil). A los escritores japoneses se les va la olla mogollón. El pasado verano me leí otro de otro autor, Paprika, de Yasutaka Tsutsui, un libro de ficción sobre una doctora que utilizando una tecnología muy avanzada trataba a sus pacientes introduciéndose en sus sueños e interaccionando con ellos, y a mitad del libro (quizás algo más adelante) ya comenzaban a suceder cosas absurdas. Pero éste que me estoy leyendo parecía serio (bueno, en rigor no se puede decir que no lo sea), todo bastante normal al principio, con alguna extravagancia que otra (atribuible supongo a la tradición y cultura japonesas, como la importancia que le dan a los adivinos y a las predicciones de futuro) y ya está empezando a mezclar los sueños con la realidad.

Pero me está gustando bastante, ahora mismo me tiene enganchado. Además, estoy en la parte en la que el protagonista se pasa dos días en el fondo de un pozo, mezclando realidad con imaginación, y reflexionando sobre los acontecimientos tan extraños que le están sucediendo en esos días. Y supongo que me he sentido un poco como él, un poco a verlas venir, un poco fuera de mí, viviendo la realidad como una película, o, como dice la princesa, como un juego en el que de vez en cuando echas una moneda y esperas a ver qué es lo que la vida te ofrece.

Estoy ahora mismo en el 19 de Tory St. esperando a ver si viene alguien al que ofrecerle el taller semanal de Danzas Europeas Tradicionales. La semana pasada estuvimos sólo la nena y yo. Hoy ella tiene trabajo y ya me ha dicho que no va a venir, así que probablemente esté sólo yo. En mi película. En mi videojuego.

viernes, abril 20, 2012

Taller de danzas europeas en 19 Tory St

Os dejo esto por si alguno andáis cerca de Wellington en los próximos meses. Si pulsáis sobre la imagen tendréis más información.



Saludos.