lunes, marzo 31, 2014

Recuerdo

Recuerdo,
pinta una sonrisa
en el muro de la ausencia.

5 años de vícaro: ¿Voy al revés?

Fecha original de publicación: 28 de marzo del 2009
Autor: ricardo
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Voy al revés
- ¿nos tomamos un café?
- prefiero té.
- mejor dos cervezas.
- para mí un tinto con limón.

Voy al revés II
Mis padres me cuentan que de chico me montaron en unos coches chocantes para niños, de estos que tienen una salchicha en el medio y todos los niños dan vueltas alrededor. Según parece a las pocas vueltas me aburrí de dar vueltas en el mismo sentido y cambié para ir al revés que todos los demás. El encargado enseguida me llamó la atención para que me diera la vuelta y seguir con los demás.

No voy al revés
En realidad no voy al revés. Terminé mis estudios hasta la universidad, tengo un trabajo estable, una pareja estable, pretendo formar una familia... En las decisiones importantes de la vida parece que voy a favor de viento, sólamente en algunos detalles, a veces, me doy la vuelta para sentir el viento en la cara.

¿Voy al revés?
¿Al final las cosas importantes de la vida no son los detalles?

lunes, marzo 24, 2014

5 años de vícaro: Mi no-amor imposible

Fecha original de publicación: 23 de marzo del 2009
Autor: didgewind
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Mi no-amor imposible es como la rosa de Saint-Exupéry: cuando no nos vemos me echa de menos, pero cuando estamos juntos es como si yo no estuviera allí. Me ha enseñado muchas cosas, y en determinados momentos me ha ofrecido mucho apoyo y cariño, pero el único alimento que me ofrece ahora son las lágrimas que no puedo derramar.

- Principito, no hables de energía porque no tienes ni puta idea. ¿Cómo vas a ganar dinero dando masajes con el didgeridoo? ¿Acaso alguien te ha enseñado? ¡Si no sabes cómo se hace!

- Bueno, no-amor imposible, no he dado ningún curso pero a la gente parece que les gusta, después del masaje se sienten mejor, más relajados...

- Pero eso no es por el masaje ni por ti, a ver, es normal porque la sensación es agradable y creen que les sienta bien, pero la gente tampoco tiene ni idea, y les puedes estar haciendo mucho daño, porque no sabes lo que haces.

Yo creo que son celos, pero no me atrevo a decirle nada porque piensa que le estoy atacando. Y cuando ella me ataca a mí no son ataques: es porque ella sabe las cosas, y yo no.

- Principito, a ver, yo no sé nada, sólo un poquito, pero sí sé que sé más que tú.

- ¿Y no piensas que puedes estar equivocada acerca de lo que sabes?

- No, porque lo sé.

Es cierto que sabe mucho; pero también es cierto que muchas veces sus hechos contradicen sus palabras.

- Principito, te amo incondicionalmente.

Pero cuando necesita cariño lo busca en otros, y prefiere dormir sola aún teniéndome a mí a su lado.

- Principito, le das mucha importancia al sexo. Deberías fijarte menos en las apariencias, dejar que las cosas fluyan, ¿qué es el sexo sin amor? Lo importante, lo único verdadero, es el amor.

Pero si salimos por ahí me comenta lo atractivo que es tal o cuál chaval, y cuando está de viaje me envía cartas contándome que se ha acostado con éste o con aquél, pero sólo por necesidad física, y que le falta amor.

- Lo que te pasa es que no confías en mí; si confiaras más en mí verías que todo es muy sencillo.

Pero no puedo confiar en ella porque cuando la he necesitado, me ha abandonado.

Mi no-amor imposible dice que me quiere pero no me necesita; sin embargo, yo creo que es al revés, que cuando me necesita me dice que me quiere, lo que sucede es que ella cree lo contrario, pero se está engañando a sí misma.

- Principito, perdóname por todo el daño que haya podido hacerte.

Pero no sé por qué me pide perdón si sigue haciéndome sufrir.

Mi no-amor imposible era antes un amor imposible; pero supongo que murió de soledad y hastío.

lunes, marzo 17, 2014

5 años de vícaro: Alicia

Fecha original de publicación: 12 de marzo del 2000
Autor: merteuil
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Izquierda es derecha y derecha es izquierda. Todo depende del lado del espejo en el que estés.

Dos ojos para un cerebro. Dos manos dos piernas para un corazón. 20 dedos para un sexo.

Un ojo para dos cerebros. Una mano una pierna para dos corazones. Un dedo para 20 sexos.

Bajo porque sube.

Subo porque baja.

Y así cada mañana.

Y así cada noche.

Cada sueño es una vida y cada vida es un sueño.

Todos los días la misma vida.

Todas las noches un sueño.

Cambian los amigos. Cambio yo.

A veces me gusto más en sueños. Otras me horrorizo de lo que soy capaz de hacer soñando.

O de lo que hago despierta.

Mis sueños dependen de lo que hago y pienso por el día.

O quizás mi día, mi vida, está condicionada por las impresiones de mis sueños.

Recuerdo que sueño o sueño que recuerdo.

- Despierta Alicia, por favor despierta. ¿Alicia? ¿Estás ahí?

No puedo responder, cómo decirle que no, que no estoy aquí.

- Vuelve.

No sé volver; tampoco sé si quiero.

Música, lo que necesito es música.

¿Lo que quiero, o lo que necesito?

Qué fácil es confundir necesitar con querer.

Amar es querer sin necesitar.

Música, elegir lo que quiero oir me llevará tiempo, el suficiente para olvidarme de que quiero bailar. Siempre dando vueltas a las canciones, ésta ahora sí, ésta ahora no, ésta la he escuchado mil veces. Quiero algo nuevo, no, quiero algo que conozca, quiero cantar, no espera, quiero dejarme llevar por la música. Elijo una al azar, es la única manera. No, al azar no, que si no me gusta no puedo bailar con el corazón.

¡Postishead! Vale.

Suelto los músculos, cierro los ojos, respiro profundamente por la boca y lo echo por la nariz, gimiendo ligeramente. Otra vez. Y ya los sonidos se funden con mi cuerpo, lo mecen, lo mueven a la deriva del deleite.

Ah, que bien todo ahora, ahora nada importa.

Espera, estás pensando, no pienses, fluye otra vez.

Respiro fuerte por la boca y lo hecho por la nariz, gimiendo ligeramente.

Keep swimming, keep dancing Alicia.

Dos manos 20 dedos que se mueven libremente. Dos piernas, una cadera que se contorsiona con cada ritmo.

Portishead cala hasta los huesos. Creo que son 200 los que puedo mover. Otros 600 muscúlos. El cuerpo humano, qué sarcófago más curioso en el que vivimos, nos contiene y nos impide vernos. Nos acerca y nos separa de los demás. No deja ver lo que hay dentro, y a lo que no vemos no le prestamos atención. No la suficiente.

Dos ojos que miran hacia fuera.

Dos manos que tocan, dos piernas que corren.

20 dedos que se agarran.

Un corazón que mira hacia dentro.

Una mente que se confunde; conectar fuera con dentro.

Dentro es fuera y fuera es dentro.

Todo es nada, nada es todo.

Un estómago, una soledad que lo mata.

Soledad que duermes conmigo cada noche,

que me oprimes el pecho, que me has dejado sin lágrimas.

Déjame sola, necesito descansar.

No podemos tocarnos el alma, sólo conformarmos con fuertes abrazos. Ansiedad de apretarte entre ellos. Ansiedad de que me aprieten a mí.

- Alicia, sólo puedo estar contigo si respiramos juntos, déjame respirar contigo.

Vuelvo a mi cuerpo para poder estar con Manuel.

- Manuel, qué sola estoy aquí dentro, virgen, sin que nadie me haya tocado nunca, sin haber podido tocar a nadie todavía. Sólo a ti, amor, he llegado a rozarte , corazón con corazón.

Manuel corre hacia mí, se detiene muy cerquita, se calma, me rodea con sus brazos y siente mi respiración, yo siento la suya. Inspiramos. Expiramos. A h h h,cuánto te echaba de menos. Cogemos aire juntos. Profundo. Despacio. Lo retenemos. Lo soltamos con fuerza.

- Alicia, creí que me ahogaba, creí que te habías ido.

- Siempre estoy aquí, y al mismo tiempo nunca, ya lo sabes. El cuerpo es una cárcel y al mismo tiempo nuestras alas... ¿no es de locos? Manuel, qué vamos a hacer.

- Mi vida, seguir transformando el aire en amor. Nuestro cuerpo es alquimia, nuestro corazón vive de ella. Tú y yo juntos podemos con todo.

Cuando Manuel canta pone tanto amor que me tiembla todo el cuerpo. ” I'M PUSHING AN ELEPHANT AT THE STAIRS ”. Le miro con los ojos llenos de lágrimas. Me mira mientras sigue cantando y pone su mano en mi sexo, sin tocarlo, dejando que sienta el calor de su energía.

- Deja que el río baje desde tu corazón, con tu respiración, sabes que eres Dios, sólo tienes que querer.

Y entonces noto cómo baja el torrente desde la garganta, atravesando el pecho, llenando mi estómago, acercándose a mi sexo... Los ojos de Manuel están más vivos que nunca. ¿O son los míos? 20 yemas de dedos que tiemblan, dos piernas que flojean... Respiro profundamente, dejo de sentir mi cuerpo, no tengo músculos porque están todos relajados. Estallo en un orgasmo, lloro y veo cómo Manuel llora. Reímos. Estallo en otro orgasmo. Manuel me sonríe, me coge la mano y la pone en su pecho. 4 ojos que se encuentran en el infinito. Tú eres yo y yo soy tú. Su cuerpo empieza a temblar, regueros de lágrimas que bajan hasta la comisura de sus labios sonrientes. Manuel no eyacula; absorbe toda la energía de sus orgamos. Es la persona más vital que he conocido nunca.

- Joder, Manuel. Acabo de perder mi virginidad, no sabía que era tan fácil. Mi primer orgasmo sólo con amor. Sin sexo, sin soñar.

- Te lo dije, eres Dios.

Empezamos a reír como si también fueramos vírgenes en esto. A carcajadas, que salen de lo más profundo de nosotros. Nunca me había sentido tan llena, tan libre.

- Manuel, sácame de aquí, tengo tanto miedo... vámonos a casa.

- Alicia, mi amor, estando juntos siempre estamos en casa. Bajemos a la playa a dormir. Quiero enseñarte una canción con la guitarra.

lunes, marzo 10, 2014

5 años de vícaro: Cuento de navidad

Fecha original de publicación: 24 de diciembre del 2008
Autor: víctor
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Hace frío por las calles del barrio antiguo. El olor de la leña recién quemada se derrama por las chimeneas y empapa el aire, haciéndolo más denso y cálido. Dos sombras cruzan un solitario adarve y alcanzan el Arco de la Estrella. Hay luces de colores que anuncian fiestas. La Plaza Mayor está engalanada y de la fachada del Ayuntamiento cuelgan adornos imposibles y brillantes.

Las dos sombras se dirigen a la primera puerta que encuentran. Golpean y nadie abre. Seguramente, por algún moderno video-portero alguien los observa y decide no responder. Son un hombre y una mujer, y por la pinta, parece que son extranjeros y pobres... — ¡Pobres a estas horas... Llamando para pedir limosna! No les abro — Alguien piensa en un acogedor hogar, también adornado, cálido, con una buena mesa preparada y una familia acomodada a su alrededor.

Van por todas la puertas y nadie abre. En un hotel, un amable recepcionista los invita, antes de abrir la boca, a irse de nuevo a la calle. — Lo siento, no queda ni una habitación —. Se fija en la mujer, y ve que está embarazada. — Sólo hacía falta que ésta se pusiera a parir aquí, en la recepción, ¡con el jaleo que tenemos esta noche! — Piensa, mientras les echa fuera.

En la calle Pintores hay mucha gente. Antiguos villancicos se oyen en modernos equipos de sonido. Las luces de los comercios deslumbran en elaborados escaparates. La pareja sube sin que nadie repare en ellos. Ambos van descalzos, pese al frío. La mujer tirita y él se quita su raída y sucia chaqueta y se la pone a ella por los hombros, intentando hacer que guarde un poco de calor. Al pasar por la puerta de la iglesia ven personas que salen de misa. Se acercan a pedir ayuda, pero lo único que consiguen son un puñado de céntimos.

— No, muchas gracias señora... pero no, no queremos dinero, solo buscamos ayuda... — Dice el hombre con acento extranjero mientras la señora le da definitivamente la espalda sin hacer caso a sus torpes palabras.

Siguen su camino, lento y tortuoso. Llegan al paseo de Cánovas. Las luces y la música acompañan cada uno de sus pasos. Los comerciantes siguen vendiendo felicidad envuelta en brillantes papeles. Montones de personas recorren la calle. Una calle en la que no hay sitio para dos extranjeros pobres.

Se alejan del bullicio, del resplandor, del estruendo... Y llegan a un barrio de la ciudad. Es triste y no hay luces ni se oye el eco de la música. No hay nadie por la calle. La noche ha llegado ya a su centro, llenando de frío cada uno de los rincones. La mujer rompe aguas... no puede seguir caminando. El hombre la toma en sus brazos y tambaleándose llegan al portal de un pobre edificio. Empuja la puerta y la encuentra abierta. Al menos, en aquel portal se cobijarán del frío mientras ella da a luz.

El llanto de un niño quiebra el silencio de la madrugada. Los habitantes del edificio despiertan sobresaltados y bajan por la escalera para ver con sus propios ojos a un bebé recién nacido en brazos de su madre. La cara del pequeño es increíblemente bella, llena de paz, de luminosidad... de amor. La pobre gente, enseguida trae mantas, alimentos, bebidas caliente... Ofrecen su casa y abren sus puertas de par en par, para que la familia pueda pasar, al menos, la noche.

Entonces, ante el asombro y la incredulidad, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria los envolvió con su luz, y quedaron sobrecogidos. Un coro celestial alababa a Dios diciendo: “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a las mujeres y hombres de buena voluntad”... Y todos quedaron sumergidos en un sentimiento eterno de paz y amor.

lunes, marzo 03, 2014

5 años de vícaro: Talento incipiente

Fecha original de publicación: 22 de septiembre del 2008
Autor: didgewind
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Hoy, revisando el correo, me he encontrado con una grata sorpresa, el relato que me ha enviado una amiga, que publico a continuación. Siempre me resulta interesante y sorprendente el punto de vista de las chicas con respecto al sexo. Que lo disfrutéis.


Camino del baño se sentía culpable, sabía que eso no estaba bien, de hecho se lo habían enseñado desde que era pequeña. Pero el movimiento del tren le estaba dando unas ganas incontenibles de correrse, había intentado dormirse dando varias vueltas en su minúsculo asiento pero era imposible, su sexo le pedía a gritos, mejor dicho, le exigía que se ocupara de él. Sabía que con poco, con muy poco se iba a correr, no necesitaba casi ni tocarse pero le daba demasiada vergüenza hacerlo con todo el mundo a su alrededor, no es que ella fuera muy escandalosa pero seguro que su placer lo podían sentir sin verlo ni oírlo.

A su lado hay un muchacho joven, ella piensa que seguro que si le cuenta lo que le sucede entre los dos lo pueden solucionar. Lo mejor sería coger su mano y acercarla a mis, digo, a sus piernas y poner las manos de ella en su polla, sobre sus pantalones; o quizá sea mejor hablarle...mmm... qué duda y lo peor que su sexo no le deja pensar con claridad, ya no hay tiempo y por experiencia sabe que el sexo nunca es tan sencillo como follar con un desconocido en el baño de un tren y adiós muy buenas. La gente cuando folla adquiere derechos que nadie le ha dado. Definitivamente la idea no es muy buena, lo mejor será ir al baño sola.

De camino todos la miran, irradia algo que los demás no tienen y que les produce cierta envidia, incluso parece que sus pechos son algo más grandes y su boca tiene el gesto de cuando sabes que vas a hacer algo que te va a gustar.

¡Mierda! el baño está ocupado, ya no puede esperar más. Llega otra chica que también está esperado para ir al baño, es atractiva, pero no, definitivamente no tiene tiempo de convencer a nadie que se plantee su bisexualidad.

¡Al fin! Ya se queda libre el baño, tiene poco tiempo, pero no importa, sabe que no necesita mucho.

Se pone frente al espejo, será divertido, y mientras con una mano toca su sexo con la otra recorre su cuerpo, su boca, sus tetas, su culo... Cada vez más húmedo su cuerpo empieza a temblar y los dedos cada vez más deprisa entran y salen y se recrean buscando nuevos rincones, y entran y salen, una y otra vez, y otra vez, y otra vez, cada vez más fuerte. Se imagina varias escenas, con varias personas tomándola y penetrándola por varios sitios a la vez, se imagina chupando una polla mientras la penetran, o.... chupando el coño de la chica que está esperando al otro lado de la puerta. Mientras, su mano, ya algo cansada sigue sin parar y su cuerpo parece que va a explotar de un momento a otro.

El clímax no es tan espectacular como se había esperado, pero al menos está algo más calmada y puede volver a su asiento a leer. Su sexo está más relajado y su cabeza vuelve a tener lucidez, al menos vuelve a poder pensar en otras cosas, porque tal y como le han enseñado son los chicos los que piensan en el sexo de esa manera.