miércoles, enero 31, 2007

MASTURBARSE: LA SEGUNDA MEJOR MANERA DE EMPEZAR UN NUEVO DÌA

Los rayos de sol de primera hora de la mañana asoman ya por entre los edificios y se reflejan en los cristales de las ventanillas de los coches que forman una larga caravana en la M-30. Llevan un buen rato parados. Los rostros de la gente que va en su interior reflejan cara de pocos amigos, salvo el de una chica que sonrìe, Marteuil. Sube la mùsica con la mano derecha (The Smiths) y despuès se la coloca en la entrepierna por debajo de la falda. No lleva bragas. Un tanga reposa en el suelo, al lado de sus pies descalzos. Comienza a mover suavemente los dedos, acariciàndose con movimientos circulares el clìtoris y suspira de placer. Con la mirada perdida observa la fila de coches que tiene delante.

Merteuil (sus pensamientos): Tengo lo menos 45 minutos para darme placer...¿ Cuàntos orgasmos tendrè tiempo de disfrutar? Nunca hay manera de contarlos, en el sèptimo pierdo la cuenta...me encanta esta canciòn...Ahh, creo que el primero ya esta aquì....

La fila de coches de su izquierda comienza a moverse. Un señor trajeado de rostro muy serio pasa a su lado. Luego pasa una chica con cara de borde que va hablando sola. Un matrimonio que no se habla va detràs.

Marteuil (ronroneando): Sììì...puf...que bien. Sus dedos se detienen unos instantes para volver a deslizarse lentamente a un lado y a otro. Poco a poco los va moviendo con mayor rapidez...Ahhh...Los detiene y aprieta las piernas con fuerza. El coche que tiene delante ha empezado a avanzar y saca la mano de debajo de su falda para meter primera. Se mueven unos metros y vuelven a detenerse. No hay dos sin tres...Se lleva las manos a su clìtoris, que està hùmedo e hinchado y lo acaricia con ansia. Ahhh, joder...Sus dedos se detienen otra vez. Mira a su izquierda y ve a un conductor gritando al de delante. Se rìe. Mira a su derecha. Una mujer que va discutiendo con un hombre que va a su lado le recuerda a la rancia de su vecina. Se vuelve a reir y comienza otra vez a mover sus dedos. Que maravilla de atasco, cuanto màs dure mejor. No entiendo a esta gente con tanta prisa, ¿a dònde tienen tanta urgencia de llegar? ¿Tan maravilloso es su destino que piensan que estar en un atasco es perder el tiempo? ¿Una caravana de coches es lo que les separa de la felicidad en la que viven? Creo que la mayorìa se preocupan tanto de no llegar tarde que no piensan en que se puede disfrutar por el camino....Ahhh....que bien...el cuarto.....ahhhh...el quinto...Ahhh....Ahhhh...Dios...¿ Porquè se dirà Dios, cuando se tiene un orgasmo?....Mierda, ahora que venìa otro tengo que volver a poner primera porque los coches se mueven...Joder, yo quiero que siga habiendo atasco!

La caravana se disuelve poco a poco. Merteuil conduce hasta la puerta de un enorme edificio gris y aparca. Mira hacia el ùltimo piso y la sonrisa desaparece de su rostro.

Merteuil: Puf, necesito unos cuantos orgasmos màs que me den la fuerza necesaria para subir. Permanece un rato dentro del coche sin parar de tocarse y de gemir. Lo malo de la masturbaciòn femenina es que nunca se encuentra el momento de parar, llegado un lìmite de excitaciòn siempre se quiere màs. Resignada deja de tocarse y se pone el tanga y las sandalias. Se baja del coche estiràndose la falda y no puede evitar apretar las piernas y contraer su rostro de placer. Madre mìa, como no me controle me voy a correr otra vez en el ascensor...y a ver quièn mas sube en èl!!

martes, enero 30, 2007

5 minutos de respiro al planeta el jueves 1 de febrero

Hola a todos, copio un mail que acabo de recibir y reenviar, un saludo.


Hola a todos, me han pasado esto, me parece interesante y seguro que a alguno de vosotros le interesa, como siempre, perdón por el coñazo, un abrazo.

Hi everyone, someone gave me this, i find it interesting and some of you will find it interesting too, as usual, sorry for the coñazo (i've been told big cunt is not a good translation for it, well, actually i've been told the opposite, but i think it was in a sarcastic way).

JUEVES 1 de Febrero,
ENTRE LAS 19,55 Y LAS 20,00 (1 HORA ANTES EN CANARIAS)

Thursday, 1st February
Between 19,55 and 20,00 (1 hour be4 in canary islands and portugal, 1 after in greece, etc...)


APAGAMOS TODO, LUCES Y APARATOS ELECTRICOS.

LET'S TURN EVERYTHING OFF, LIGHTS AND ELECTRIC MACHINES


Se trata de ahorrar cinco minutos de electricidad en
todo el planeta para llamar la atención de los
ciudadanos, de los medios de comunicación y de los que
tienen el poder, sobre el derroche de energía y la
urgencia de pasar a la acción.
5 minutos de respiro al planeta, no es mucho tiempo,
no nos costará nada y mostrará a los candidatos a las
próximas elecciones que el cambio climático es un tema
en el que se debe pensar en el debate político.
Gracias por vuestro tiempo en leer esto.

The deal is to try to save five minutes of electricity in the whole world :), to get the attention of the citizens, of the mass media and the powerful people about the energetic waste and the urgency to do something.
5 minutes of breath for the planet won't cost much and may mean a lot.
Thanks all for your time to read this.

Para más información: http://www.lalliance.fr/

For more information: http://www.lalliance.fr/

El pescador y el turista

Basado en hechos reales.

Había una vez un pescador que vivía en El Chocó. Todas las mañanas se levantaba temprano, iba a la orilla del mar, lanzaba su caña, pescaba un pez, se iba a su casa, lo cocinaba y se lo comía. Al día siguiente hacía lo mismo: se levantaba temprano, iba a la orilla del mar, lanzaba su caña, atrapaba un pez, volvía a su casa, lo cocinaba y se lo comía. Y así todos los días. Un día llegó un turista (cosa rara, ya que pocos turistas se ven por El Chocó, pero al ser éste un cuento, no vamos a ser nosotros quienes cuestionemos este hecho) y observó al pescador. Vio que todos los días éste se levantaba temprano, se iba al mar, lanzaba su caña, pescaba un pez, lo cocinaba en su casa y luego se lo comía. Más de un día compartió con él el mismo pez que había pescado por la mañana. Hasta que un día, el turista le dijo:

  • ¿Por qué no, en vez de lanzar su caña una vez, pescar un pez, volver a su casa y comérselo, lanza su caña tres veces y así atrapa tres peces?

  • Y el pescador respondió: Bueno, ¿y después, qué?

  • A lo que el turista contestó: Pues, después, se va su casa con los tres peces, uno lo cocina y se lo come, los otros dos los vende, y así se compra una caña mejor. Luego al día siguiente puede volver a la orilla del mar, arrojar la caña otras tres veces, y como es una caña mejor, pescará nueve peces.

  • De nuevo el pescador preguntó: Bueno, ¿y después, qué?

  • Pues, esos nueve peces, se los lleva a su casa, se come uno, los otros ocho los vende, y con el dinero se compra una red; a la mañana siguiente vuelve al mar, tira la red tres veces y atrapará treinta peces.

  • ¿Y después, qué?

  • Pues, con los treinta peces, se vuelve a casa, uno se lo come, los otros veintinueve los vende, compra una barca, y al día siguiente vuelve al mar, tira la red desde la barca, y atrapará cien peces.

  • ¿Y después, qué?

  • Pues se vuelve a su casa, se come un pez, y los otros noventa y nueve los vende, y así se compra una barca más grande; de esa manera, al día siguiente puede volver al mar con la barca, arrojar la red y atrapar trescientos peces.

  • ¿Y después, qué?

  • Pues uno de los peces se lo lleva a casa y se lo come; los otros doscientos noventa y nueve los vende, y con el dinero se compra un barco; con ese barco, al día siguiente, arrojando la red varias veces, seguro que captura, por lo menos, quinientos peces.

  • ¿Y después, qué?

  • Pues se vuelve a casa, se come uno de los peces, y los otros cuatrocientos noventa y nueve los vende, para poder pagarle a alguien que le acompañe al día siguiente en su barca; de esa manera, tras echar varias veces las redes, y con la ayuda de su empleado, podrá atrapar como mínimo, mil peces.

  • Bueno, ¿y después, qué?

  • Pues se vuelve a casa, se lleva los mil peces, uno se lo come, los otros novecientos noventa y nueve los vende, y así podrá comprar otro barco; y con el tiempo y siguiendo este proceso, al final tendrá una flota de pesqueros, cada uno con un capitán que salga todas las mañanas a pescar para usted.

  • ¿Y después, qué?

  • Pues después, como ya tiene a gente trabajando para usted y consiguiendo mucho dinero, ya puede dedicarse a quedarse en casa y descansar todo el día.

  • Pero, ¡si eso ya lo hago!, respondió el pescador.

domingo, enero 28, 2007

El camello

¿Cuántas veces nos creamos, nosotros mismos, ataduras que nos impiden progresar?. Pienso que esas mismas ataduras son las que nos hacen vivir "cómodamente". ¿Para qué voy a ir más allá si no puedo? ¿No véis que estoy atado?. Y así, creyéndonos atados a una situación, no avanzamos y nos quedamos tranquilamente con lo que tenemos, con una actitud extremadamente conformista.

Dicho esto dejo esta historia encontrada en la red:

El Camello

"Había una vez un árabe que viajaba de noche. Sus esclavos, a la hora del descanso, se encontraron que no tenían mas de 19 estacas para atar a sus 20 camellos.

Cuando consultaron al amo, éste les dijo: " Simulen que clavan una estaca. Cuando lleguan al camello número 20 creerá que esta atado."

Así lo hicieron efectivamente, y a la mañana siguiente todos los camellos estaban en su sitio, y el número 20, al lado de lo que se imaginaba, sin moverse de allí. Al desatarlos para marcharse, todos se pusieron en movimiento menos el número 20 que seguía quieto sin moverse. Entonces el amo dijo:

- "Hagan el gesto de desatar la estaca de la cuerda, pues el tonto aun se cree atado".

Así lo hicieron, y el camello entonces se paró y se puso a caminar con los demás"

martes, enero 23, 2007

Dormir con alguien (de) nuevo

Mi pecho contra su espalda, mirando ambos hacia la izquierda de la cama; mi brazo derecho rodeando su cintura; acoplo mis piernas recogidas entre las suyas, también recogidas; como una sillita de la reina. Pero no puedo pegar mi pelvis contra la suya, somos sólo amigos y si tengo una erección en medio de la noche puede resultar muy embarazoso, aunque seguro que es una tontería, ya no somos críos y es una reacción fisiológica involuntaria, y además, en sueños; si no tuviéramos TAN claro que somos sólo amigos, o mejor, si fuéramos amantes o casi o amantes esporádicos entonces no importaría, al contrario, probablemente ella se sentiría deseada y halagada, sin necesidad de que ése sea el orden, pero no lo somos, así que me retiro ligeramente hacia atrás y dejo un espacio de seguridad aceptable. ¿Cómo sitúo mi brazo izquierdo? Me duele si apoyo todo el peso de mi cuerpo sobre él, y si lo doblo apoyado en su espalda, además de ser incómodo ya no dormimos tan juntos, parece como si necesitara un espacio entre ella y yo, y no es así, al contrario, necesito sentir su piel, su calor, el olor de su pelo... que hace que me pique la nariz, espera, mejor paso el brazo por debajo de la almohada y de su cuello, así asomo mi cara sobre su cabeza y además de poder respirar a gusto estoy como por encima suya, protegiéndola. Mucho mejor. Pero no puede estar cómoda de esta manera, con mi brazo bajo su cuello, aunque esté la almohada por medio se le va a quedar el cuello rígido, con tortícolis por la mañana.

  • ¿Estás cómoda?

  • Yo sí, ¿y tú?

  • Yo estoy de puta madre.

Parece que puedo dormir tranquilo...

Me despierto entre sudores, ¿qué hago mirando al techo? ¿Y mi brazo izquierdo, dónde está? ¿Por qué me duele tanto? Vaya, se me quedó dormido... A ver cómo lo saco de debajo de la almohada sin que se despierte... De momento, a ver si moviéndome un poco, lentamente, consigo arquear ligeramente el codo y así ya se hace algo más soportable, ya me preocuparé luego de sacarlo del todo. Menuda erección que tengo ahora, ¿y por qué estoy vuelto hacia arriba? ¿Qué estaba soñando? Vale, ya recuerdo, soñaba que ella se movía un poco, entre sueños, y al mínimo roce con su cuerpo yo me corría; luego se daba la vuelta, me besaba y me volvía a correr; metía a continuación su mano bajo mi ropa interior y me corría de nuevo; y en ese momento le he dicho que no sabía lo que estaba pasando, y a jurarle y perjurarle que no me había sucedido nunca... y luego me he dado la vuelta para dejar de sentir su piel y no correrme otra vez. Eso explica que me encuentre ahora en esta postura, me he debido mover en sueños. Y el brazo me duele horrores, a ver si consigo sacarlo sin despertarla... Venga, y ahora, ¿cómo me pongo? Quiero seguir sintiendo su calor, pero encontrar la postura adecuada es complicado: mejor me quedo así, bocaarriba, que estoy bien, y dejo mi brazo apoyado sobre su pierna, que sepa que sigo ahí...

¿Qué hago de nuevo de lado? Espera, estoy muy bien, no me duele el brazo, y delante tengo mucho espacio... ¡porque ella no está! Joder, sí que está... pero detrás. Ahora me doy cuenta, sillita de la reina pero al revés; sus piernas se acoplan recogidas entre las mías; su brazo izquierdo rodeándome, su mano apoyada en mi pecho; mirando ambos hacia la derecha de la cama, y su pecho contra mi espalda. Puedo sentir su pelvis bien apretada contra mi pelvis, y su brazo derecho... a saber. Yo estoy estupendamente, supongo que ella también, puedo sentir su respiración lenta y tranquila, debe estar dormida. Seguiré su ejemplo, buenas noches, cielo.

domingo, enero 21, 2007

La cigarra y la hormiga

Este texto que me he encontrado navegando por estos cibermares y que aquí os dejo me parece de lo más divertido. ¿Por qué no buscamos otras perspectivas en los cuentos?

" La Hormiga y la Cigarra " (Cuento revisado) (Antes de leer esta historia, recordemos que el escritor francés Lafontaine fue el autor de la Fábula de " La Hormiga y la Cigarra ") Era una vez... una hormiguita y una cigarra, que eran muy amigas. Durante todo el Verano y el Otoño la hormiguita trabajó sin parar, almacenando la mayor cantidad de comida posible para el período de Invierno, no aprovechó nada del sol, ni de la suave brisa al finalde la tarde, ni siquiera hablaba con los amigos al final de su jornada de trabajo, y no se le veía compartir ni una sola cerveza helada los fines de semana. Su nombre era "Trabajo" y su apellido "Siempre". Mas su amiga la cigarra, pasaba todo el tiempo cantando entre ruedas de amigos en cualquiera de los bares de la ciudad. No desperdició tan siquiera unminuto, cantó durante todo el Verano y el Otoño. Bailó, aprovechó al máximo el calor del sol, se doró lo más que pudo para verse siempre hermosa, sin guardar comida y sin preocuparse por el Invierno queestaba por venir.
Entonces, pasados algunos días comenzó a enfriar, era el Invierno que estaba comenzando... La hormiguita exhausta entró a su sencilla peroconfortable cueva, repleta de comida, mas al día siguiente, alguien la llamaba por su nombre desde la parte exterior de la cueva.
Pensó: Ha de ser la tonta cigarra, ahora sí, después de pasárselo de miedo todo el verano ha de querer que le dé de comer.. !Nada mas eso faltaba!!.. !!Que pida limosna la muy zángana!! Cuando abrió la puerta quedó sorprendida con lo que vio: En efecto, era su amiga la cigarra, pero dentro de un deslumbrante Ferrari y vestida con un elegante abrigo de piel, -la hormiga no salía de su estupor- entonces, la cigarra le dijo:
Hola amiga, te molesto para decirte que voy a pasar el Invierno a París y para pedirte, si no te es molestia, que cuides de mi Cueva. -¡Claro! Sin problemas pero... ¿Que te pasó? ¿Cómo conseguiste dinero para ir a Paris y comprar ese Ferrari y esa ropa?
La Cigarra le respondió : ¡Sencillo...! Yo estaba cantando en uno de esos Bares de la Ciudad , la semana pasada y a un Productor artístico le gustó mi voz, entonces, firmamos un contrato por seis meses para hacer shows y cantar en Paris .... A propósito amiga, ¿Desearías algo de allá?
Sí, deseo algo sí ... Si te encuentras por allá a un tal "Lafontaine" le dices de mi parte que LE DEN POR ... !!!! MORALEJA : "Aproveche su vida, sepa combinar el trabajo con el placer, disfrute al máximo de cada día que le regala Dios, pues el trabajo en demasía, sólo trae beneficios en las Fábulas de Lafontaine".

viernes, enero 19, 2007

Mission Acomplished

Bueno, acabo de llegar a casa del curro y a las 5 curro de nuevo, estoy arrengao (qué bonita palabra, arrengado) y con dolor de cabeza, pero aún así ha merecido la pena, por fin disfruté de una sesión de drum & bass aquí en Madrid. Ahora mismo me voy a acostar, ya os contaré los detalles, besos a tod@s.

LA SOLEDAD ERA ESTO

La soledad, a la que todavía no he asumido como única compañera, ha reducido al resto de mis sensaciones/emociones a cero durante este último año. La llegada del año nuevo no ha hecho más que acentuarla, constatarla con la ayuda de todos esos festejos, reuniones y nuevos propósitos que conlleva. Para los que no nos gustan este tipo de falsas felicidades puestas en común y tampoco hemos tenido con quién compartir todas estas tradiciones en el caso de habernos querido unir a la masa colectiva, nada ha cambiado. ¿Por qué iba a cambiar? ¿Qué hay de mágico en el ecuador de las 12 campanadas que separan un año de otro?. Por mi tarde mi soledad sigue aquí, atada a mis tobillos,. Ella tampoco ha salido a celebrar nada y lo entiendo, tenerme a mí como única compañera tampoco debe ser muy agradable.

Cada mañana me despierto con la amargura de tener que empezar un nuevo día, todo entero y vacío para mí. A veces con los ojos hinchados de tanto llorar, otras de tanto dormir para no pensar. "El sueño como última evasión del mundo, el sueño como símbolo de la soledad" que escribió Paul Auster. Salir de debajo de mis sábanas, sentarme sobre la cama, mirar al frío suelo, sentirlo bajo mis pies descalzos y ponerme de pie, es como saltar un abismo.

Paso cada tarde frente a una pared gris llena casilleros en los que tengo que ir clasificando las cartas que la gente escribe. El distrito 45 al casillero 45, el 20 al 20, el 16 al 16, el 46 al 46...Ahora no tengo ningún compañero en mi puesto de trabajo: la parte izquierda de un casillero para dos personas en el que sólo estoy yo (como en mi cama, también duermo en el lado izquierdo, sola). Hay tardes en las que me ponen un compañero en el lado derecho pero en seguida se lo llevan a otro sitio. Así con varias peronas durante el paso de las semanas que llevo allí. Esto provoca que cada vez que pasa alguien por el pasillo que une mi casillero con otros, intentando darme conversación (se ve que les doy pena) ,me comentan que qué sola estoy, que si mi destino es estar sola, que qué les hago que se van al día siguiente....Asoma entonces a mis labios una sonrisa (máscara de dolor) y asiento como buenamente puedo, ya que sólo intentan ser amables, y giro otra vez la vista al gris, para que no vean mis ojos humedecidos que se cierran sin apenas darme cuenta, dejando salir algunas lágrimas de su encierro. No puedo evitar sacar estos comentarios del contexto trabajo para asociarlos al de mi vida. Siempre he sido de las que necesita compartir sus vivencias con alguien, de las que necesita verse reflejada en los demás para existir. Este año he perdido a mi mejor amiga y hace algo más que me quedé sin pareja, con lo que debo enfrentarme a mi vida sola . Venimos solos al mundo y por más que interactuemos con los demás siempre estamos solos en nuestro interior, nadie puede entrar en él. No podemos compartirlo, lo más que podemos hacer es intentar explicarlo y seremos afortunados si conseguimos que alguien se haga una idea de lo que llevamos dentro. El sufrimiento y el placer más intenso siempre se sienten en soledad. Es imposible compartir un dolor extremo al igual que es imposible compartir un orgasmo: la sensación que nos inunda sólo la podemos sentir nosotros mismos por más que tratemos de explicársela a nadie. ¿Cómo explico yo que el peso de la levedad me rodea por completo y me impide tener un contacto real con el exterior?. Sólo se puede llegar a entender (apróximadamente) a alguien, cuando alguna vez se ha sentido algo parecido. O eso creo yo.

Sin mis grandes pilares, que han ido desapareciendo a lo largo de mi vida, sin los testigos y compañeros de mis vivencias, me encuentro en estado ingravito, flotando a duras penas en el espacio y peleando con la nada que me hace adoptar bruscamente posturas ora cabeza arriba, ora cabeza abajo sin ningun tipo de armonía. Se dice que a una persona se la conoce conociendo a sus amigos. También se dice que uno tiene lo que se ha ido buscando. Si dejara de flotar torpemente y consiguiera aprender a volar por el espacio, sería que he alcanzado un equilibrio y que domino y disfruto mi nuevo estado: que asumo las consecuencias de mis actos y mi realidad actual.Cosa que no sucede.

De momento me he comprado unas bolas para hacer malabares. Con ellas pretendo concentrar mi energía en hacerlas girar a mi antojo, con equilibrio y armonía. Y quién sabe si con el tiempo, conseguiré hacer lo mismo con mi cuerpo en el espacio de mi vida. Con el corazón y la mente en el espacio de mi alma.

jueves, enero 18, 2007

Susurros


El mar de tu recurdo,
ahoga mis sueños,
con irreales caricias,
de olas de verde y plata.

Veo el horizonte de tus ojos,
como si el ayer fuera presente,
y siento tu aroma,
profunda huella intangible.

Tu risa rompe el silencio,
de tantas lágrimas,
campanillea en mis oidos,
la música de tus susurros.
Y mis dedos rozan tus labios,
que entreabiertos me piden amor.

¿A la cuarta irá la vencida?

Bueno, como estas últimas semanas, hoy es jueves, así que intentona de sesión de jungle. Hoy precisamente la mayoría de los factores están en contra; tengo curso por la mañana, más curro por la tarde, me estoy recuperando de un medio resfriado / medio gripe, mañana por la mañana curso de nuevo a las 9... pero quizás precisamente por eso la mentalidad es otra (¿o no?) y a lo mejor hoy hay suerte... Como la semana pasada, la idea es ir a yoga de 10 a 11, luego al garito del colega de Malasaña y por fin a bailar. Más datos aquí.

Esta mañana me desperté a las 7'30h e hice como que meditaba 10 minutos... ¿será hoy el día?

martes, enero 16, 2007

der cicerone

me quieres

porque puedes contar con los dedos que te faltan

porque cuando juegas a las escondidas

tengo encendidas las luces de esos lugares donde te aferras a las rodillas

porque mis ventanas son como puertas

y a los pájaros de esa felicidad lírica y fallida le alcanzan sus nidos con nuestras alpargatas

me quieres

porque cuando llueve a las nubes (las que nos vuelan entre la naríz y la frente)

les espanta mi tambor de hojalata

mis palabras de hierro mis ganchos de risa maldicha mi maneras de niño resabido

porque hablo tu nombre cuando todo en ti está callado y no sabes volver.

der cicerone

lunes, enero 15, 2007

Voces contra la globalización. ¿Otro mundo es posible?

Ayer volví a ver uno de los documentales que están poniendo en la 2 contra la globalización. Son buenísimos, por lo menos a mí me gustan mucho.
Dicen las cosas claritas. Muchas cosas ya las sabía, o las imaginaba, pero me sirve para aclarar ideas.

Creo que sólo queda uno de la serie por poner. Os recomiendo que lo veáis, de hecho me gustaría que lo viera todo el mundo. En esta página web vienen enlaces a los documentales que están en google video. La calidad es malísima, así que os recomiendo que lo bajéis de la mula (buscad "otro mundo es posible" o "voces contra la globalización").

Os dejo también éste enlace de donde os podéis bajar otro documental muy interesante que se llama el poder de las pesadillas. En realidad son 3 y yo sólo he visto el primero, pero tiene buena pinta.

Un poco de cultura general no viene nunca mal. Y ésta es cultura de la que no suele salir por la tele.

domingo, enero 14, 2007

El cariño

Y sigo solo, como cuando vine al mundo, hace ya treinta y un años y pico. Y hace ya más de dos años que terminé mi última relación estable, y lo echo de menos. Joaquín, Miguel y Miralles, tres almas solitarias. A la fuerza.

Supongo que si quisiera estar con alguien, lo estaría. Pero en estos momentos no me apetece compartir mi vida con nadie que conozca. Y quien me parece, o me ha parecido, interesante, parece que no opina lo mismo con respecto a mí. Y si es así, así debe ser. Forzar un estado, un sentimiento, hace que ese estado o sentimiento no sea verdadero, por lo que ya no es real.

Compartir momentos puntuales, eso sí. Quizás estén cambiando las costumbres, las niñas parece que tienen menos reparo en mantener relaciones esporádicas, o incluso relaciones esporádicas estables. Es decir, estás con alguien, pero esporádicamente. Quizás el mantener relaciones a base de momentos, sin compromisos absolutos, sea la solución. Relaciones de amistad, basadas en el cariño y en el mutuo aprecio, pero sin compromiso adquirido. De hecho, el compromiso, en el sentido de obligatoriedad, no tiene ningún sentido. Si te obligas a hacer algo por alguien sin querer realmente hacerlo, lo que haces ya no es sincero, por lo que pierde todo su valor. Puede que para la otra persona sea importante, pero será falso. Estará agradecida a un sentimiento irreal. El compromiso debería ser parte intrínseca de una relación, no ser un añadido extra. No debería ser algo planteado, debería ser algo asumido.

Las relaciones de pareja son siempre complicadas, porque las complicamos nosotros. Cedemos en algunas cosas para conseguir otras. Nos protegemos y no lo mostramos todo de nosotros, sólo vamos soltando pedacitos. Y cuantos más pedacitos soltamos, más nos vamos atando, porque tememos el poder que la otra persona tiene sobre nosotros, lo que puede hacer con esos pedacitos nuestros que le hemos dado. Así que hacemos cosas que no queremos para mantener la relación, porque también hemos conseguido cosas que, en teoría, no podríamos tener si no tuviéramos pareja. Sexo, cariño, compañía, eran, hasta hace poco, prerrogativas de las parejas casadas. O de las putas. Y siguen siéndolo, en muchos órdenes de la vida.

Cambiemos el estado de las cosas. Vivamos a base de momentos, o permitamos al menos esa posibilidad. En un solo momento se puede compartir todo, de la misma manera que en una vida entera de casados se puede no compartir nada. Tendremos relaciones de un solo momento, de muchos o de todos. Pero serán momentos sinceros, en los que no habrá exigencias de futuro, ya que el compromiso, como hemos comentado anteriormente, nunca debe ser obligado.

El Labrador

En Camino Llano, a media calle, había un bar que se llamaba el Labrador. Al entrar en el viejo chiringuito daba la impresión de estar en una casa de labranza. El dueño, un señor ya entonces entrado en años, siempre tenía una sonrisa y una palabra agradable para todo el mundo, y eso que tenía un asombroso parecido con otro señor, de sonrisa menos agradable y menos simpático que gobernó en este país hace ya unas décadas.
La mujer de este señor era el alma de la cocina y el buen hacer y siempre le acompañaba en la tarea de regentar el negocio.
Al fondo siempre estaban encendidas unas buenas brasas sobre las que había pinchos con trozos de tocino, panceta, salchichas o lo que tocara. Así que al pedir una cañita, el buen señor obsequiaba a los parroquianos con unos jugosos trocitos de carne rica en sabor y colesterol, pinchaditas en un fino alambre, recién sacadas de la brasa, con todo su jugo, que hacían la delicia de cualquiera.
Pasé allí muchas horas, unas veces con amigos, otras con la novieta. Entonces mi capital de estudiante no daba para mucho y el Labrador era uno de esos sitios de los que podías salir cenado sin necesidad de desembolsar mucho dinero. Recuerdo las generosas raciones de patas de calamar. Con eso, los pichos, unas patatas fritas y una buena jarra de cerveza éramos felices. Aunque las sillas estaban un poco viejas y el mantel era de plástico transparente, pero esos detalles poco importaban.
Luego el buen señor se jubiló y traspasó o arrendó el bar, pero aquello perdió todo su encanto.

sábado, enero 13, 2007

Recuperando a Mr. Fog

Hace meses le regalé a mi sobrina un DVD con las inolvidables aventuras de Willy Fog y ahora sólo pienso en robárselo y verme todos los episodios del tirón; lo recuperaré a la mínima oportunidad que tenga... jeje... ¡¡¡princesa Romy voy a rescatarte!!!

viernes, enero 12, 2007

No yoga, no jungle

No comment :(

jueves, enero 11, 2007

Jungle p'acá, jungle p'allá

¿Será hoy el día? ¿Asistiré por fin a mi primera sesión de d&b (o jungle, según se mire) en Madrid? Voy después de mi primera clase de yoga :o, así que probablemente me encuentre más en paz conmigo mismo y con más energía para bailar...

Fecha: hoy.

Lugar: Club Twist (C/ Santa Engracia 17).

Hora: sobre la 1 (entre el yoga y tal, ya se sabe...).

Sesión: Quality Street - Kick-E (Rootkush Syndicate), Worm (Urban Track, Tenerife) y Moa (Mafia Connection, Torino).


Si alguien se apunta, nos vemos por allí. Soy el chico que llevaba el pelo largo y ahora lo tiene corto...

miércoles, enero 10, 2007

El plan

Federico es un tipo que está un poco cansado de cómo van sus historias con las mujeres. Lleva un tiempo pensando en cambiar de actitud, los rollos de una noche a veces se complican, los que quieres que duren más a veces - la mayoría de las veces - no tiran para adelante... esas cosas que pasan.

El caso es que pretende simplificar el proceso y se le ha ocurrido la siguiente idea. Visto que la mayoría de las veces son las mujeres las que eligen, o por lo menos eso se dice, y teniendo en cuenta que a él le gustan bastantes mujeres, está pensando en decirle a todas las mujeres que le gustan precisamente eso, que le gustan. No importa que tengan novio o estén casadas o sean lesbianas o pasen de él. Ninguna de esas cosas importa. El único criterio es que le gusten y el objetivo es informarlas a todas. Parece que es simple y además Federico tiene bastante paciencia, con lo que a la larga, y con un poco de suerte, igual sale bien. No tiene que ser ahora, pero las que tienen novio o marido puede que un día lo abandonen o sean abandonadas y, tal vez, se acuerden de él, y, tal vez, a él le sigan gustando. No tiene nada que perder, además no tiene vergüenza.

Con esta idea en mente, una noche, coincide con varias amigas y hablando con dos de éstas les comenta el plan. Una de ellas le tira los planes abajo con un buen argumento: es muy probable - y de hecho cierto - que entre todas las mujeres que le gustan a Federico haya algunas que sean amigas y que se comenten la jugada:
- ¿Sabes lo que me dijo Fede el otro día?...
- ¡No jodas! A mí también. ¡¡¡Qué cabrón!!!

Lo que en un principio podía ser un punto a favor se convierte rápidamente, y sin entender muy bien por qué, en un puntazo en contra.

martes, enero 09, 2007

4

Miguel releyó el poema un par de veces. Lo había encontrado en su habitación, mezclado con los papeles que le gustaba conservar, principalmente cartas y otras cosas que escribía cuando tenía tiempo y le apetecía. Tiempo no tenía mucho, por el trabajo. Tenía que dejar ese trabajo y buscarse la vida de otra manera. Otra vez el tema de la creatividad.

Esos versos le gustaban especialmente. Se los había escrito a una novia de Barcelona que le había dejado hacía tiempo, pero aún le dolía. Recordar la relación era al mismo tiempo placentero y doloroso, como hundir un cuchillo afilado en una apetitosa tarta de chocolate, sólo que él era la tarta de chocolate. Curioso cómo el tiempo, a pesar de curar muchas heridas, mantiene algunos sentimientos frescos y a flor de piel, incluso potenciándolos.

Le entraron ganas de llorar. Últimamente le entraban a menudo ganas de llorar, no continuamente, pero casi. Ganas de tumbarse en el suelo hecho un ovillo, abrazarse a sí mismo, ganas de dormir y no pensar en nada. De dejarlo todo y marcharse. De irse.

Si fuera mujer, pensó, quizás me estuviera viniendo la regla. Y si estuviera escribiendo un libro, mejor no reflejar este pensamiento. Se me echarían todas las feministas encima.

Volvió a pensar en la chica del poema. Su nombre era Judit, y se habían conocido en Madrid, durante la representación de una obra de teatro en la que ella tenía un pequeño papel. La compañía, barcelonesa, seguiría de gira por toda España tras una breve estancia en la capital, y luego retornaría a la citat condal, pero a pesar de que sabían que tendría que acabar, o quizás precisamente por eso, los dos meses que pasaron juntos en Madrid fue de lo mejor que a Miguel le había pasado en la vida. Todo fue muy sencillo desde el principio; muy buen feeling, nada de malos rollos, sinceridad total el uno con el otro y sin apariencias. Nada de presión. Qué diferencia con muchas otras de sus anteriores relaciones, cuando prácticamente cada palabra que decía tenía que pasar cientos de filtros, conscientes los menos, e inconscientes los más, para evitar pisar una mina oculta en un campo plagado de contradicciones.

Con Judit no había dobles intenciones ni significados ocultos. Todo era como deslizar una balsa por un lago de aceite.

Se veían un rato a la hora de comer, y por las noches, al acabar las representaciones. Aunque los dos preferían las zonas de La Latina o Malasaña, para salir de marcha solían ir a Huertas, ya que, como decía Miguel, la pachanga era lo mejor para divertirse. Además, allí tenían un par de garitos de salsa, de la que Judit era una enamorada. A Miguel no es que le entusiasmasen, pero la cosa cambiaba si su pareja era Jud. Otras veces iban directamente a casa de Miguel, donde, tras una agradable cena acompañada de un buen vino y un par de canutos, pasaban las horas hablando de cine, música, arte o temática social (áreas en las que ella, a pesar de ser seis años más joven, le daba bastantes vueltas; él lo sabía, y le encantaba dejarla hablar mientras observaba sus dulces labios de melocotón, mecerse con el suave murmullo de sus palabras, adornadas con ese inconfundible acento catalán, dejarse noquear por la coherencia de sus razones y la contundencia de sus afirmaciones.

- La diferencia entre hombre y mujer es totalmente subjetiva, totalmente social. Por supuesto, existe, pero no en la dimensión que se le ha dado históricamente.

Miguel en esos momentos no sabía qué decir. Se sentía empequeñecido, como un niño al que toda la vida han estado engañando y que veía el mundo por primera vez.

- Mientras no cambien las actitudes individuales, el mundo no va a cambiar. Da igual que exista discriminación positiva, mientras no asumamos que la discriminación es algo que no tiene que estar ahí y actuemos como tal, no cambiará nada.

- Pero… la discriminación positiva lo que intenta precisamente es que no haya discriminación. Cuando durante un tiempo se ha estado abusando de un extremo, la forma más rápida de recuperar el equilibrio es forzar no sólo hasta el centro, sino más allá de éste.

- No, no. Las mujeres tendríamos que estar convencidas de nuestros derechos, y no depender de derechos extra inventados por los hombres, como si fuera un favor, como si no pudiéramos valernos por nosotras mismas.

Estas discusiones solían terminar cuando los dos estaban ya demasiado fumados para seguir razonando. Entonces veían una peli en el portátil de Miguel, o repasaban las escenas que Judit tenía que representar al día siguiente. Más tarde dormían el uno junto al otro, de forma plácida y serena. A veces Miguel la observaba mientras dormía, su respiración profunda y tranquila, su piel suave y ondulada. Hasta que le conoció, Judit no dormía bien por las noches. Le gustaba dormir con él. Le daba seguridad.

‘Los estados alterados de consciencia son muy divertidos, ¿verdad?’, preguntaba Miguel cuando salían de un bar de la zona, una de tantas noches que se emborrachaban juntos y se volvían a casa cuando ya no había sitios a donde ir. Judit simplemente sonreía, y se abrazaba a él, y cerraba los ojos, dejándose llevar por las calles del barrio. A veces se paraban en alguna esquina, o se metían en un portal, y representaban la primera escena de lo que más tarde, al llegar a casa, sería una noche de amor ininterrumpido, con sus correspondientes actos en las escaleras o el ascensor del piso de Miguel.

Y así pasaron los dos meses, sin compromisos adquiridos pero sí asumidos. El último día, cuando la acompañó al tren que llevaba a su compañía a Zaragoza, ella le abrazó y le dijo llorando que no quería irse. Él le miró a los ojos sonriendo, y le dijo, ahora te marchas, pero no te vas, y la besó. Y después de eso, dos años de relación a distancia, ella en Barcelona, él en Madrid, a veces él en Barcelona, ella en Madrid. Lo mejor de esa época fueron sin duda los últimos meses, Judit aprovechó un final de obra que coincidió con el principio del verano y bajó a verle, allí cogieron el coche y se fueron veinte días al norte de Extremadura, a una casa en medio del monte que les dejaron unos amigos de Miguel. Sin electricidad, sin agua corriente, dando largos paseos por la sierra, haciendo el amor bajo las estrellas. Por la mañana les despertaba el canto de los pájaros a través de la ventana abierta de par en par. Se quedaban un rato en la cama, disfrutando de la sensación de no ser aún, bañados por el sol, dejando que la pereza gobernase sus deseos, acariciándose sin urgencia bajo las sábanas, permitiendo al cariño tomar posesión de la mañana. Más tarde, cuando éste abdicaba a favor de la dulzura, solían levantarse y caminar hasta alguna garganta cercana, donde se refrescaban, tomaban algo de vino y disfrutaban de los goces que les deparaba la tierra. Miguel recordaba especialmente uno de esos días, cuando cogieron el coche y condujeron carretera arriba hasta el último pueblo, el Guijo de Santa Bárbara. Allí compraron un par de botellas de licor (de gloria y de frambuesa, Miguel lo recordaba bien), pan, queso y lomo, y subieron caminando hora y media hasta la garganta de El Trabuquete, una poza de cinco metros de profundidad y un diámetro de unos diez metros, con el agua congelada, como todas las gargantas, lo que hacía del sumergirse, salir tiritando y tumbarse al sol sobre la piedra caliente uno de los placeres terrenales más exquisitos para Miguel. Judit parecía un ángel, con los brazos extendidos, los ojos cerrados, los pechos libres de la esclavitud del sujetador, lista para zambullirse desde una altura de diez metros, el sol resbalando por su piel, las gotas de agua aún acariciando sus senos. A Miguel le entraron ganas de poseerla allí mismo, entre las rocas, como dos amantes inmortales, fundiéndose con la naturaleza, con el origen de los tiempos. Algo parecido debió pensar el chico que se encontraba allí cuando Judit y Miguel llegaron, y su pareja debió notarlo, ya que un momento después, y a indicación de ella, recogieron sus cosas y se fueron. Y Miguel y Judit se quedaron solos.

El final del verano lo pasaron en Barcelona, ella tenía trabajo y Miguel la acompañó. Fue también una buena época, disfrutando del mar y la compañía de los amigos de Judit. En Barna Judit era distinta, más libre, más plena, como si la visión infinita del mar expandiera sus sentidos. En casa de Teresa Miguel les dio a probar los hongos por primera vez. Los tres se lo pasaron muy bien, aunque Judit se preocupó un poco cuando Teresa comenzó a reírse y a llorar al mismo tiempo, pero se tranquilizó cuando su amiga le dijo que lloraba de felicidad. Algún tiempo más tarde le confesaría que esa noche había observado de forma muy clara el discurrir de su propia vida hasta ese momento, comprendiendo lo insustancial que había sido en muchos aspectos, y que estaba muy contenta de que Miguel fuera su chico.

Pero la felicidad no dura eternamente, en octubre él volvió a Madrid, Judit hizo un intento de traslado pero no funcionó, no era su ciudad, y él tenía demasiadas ataduras como para pensar en moverse. Duró hasta Navidades. Judit regresó a Barcelona con la promesa de volver. Durante el mes de enero, Miguel la sintió cada vez más distante en sus conversaciones telefónicas. Judit le decía que no se preocupara, que lo que tuviera que ser, sería. Y, en febrero, ella le dejó.

viernes, enero 05, 2007

Jungle, jungle... ¿jungle?

El jueves pasado estaba preparado para mi primera experiencia con el jungle madrileño: tenía el sitio (el Twist, en la calle Santa Engracia), la hora (sobre las 00:00h, después de pasarme por el bar de un amigo en Malasaña) e incluso dónde conseguir flyers para entrar gratis antes de las 02:00h (en cualquier tienda de la calle Fuencarral o en Tribunal a partir de las 22:30h). Y la verdad es que la experiencia resultó... cómo lo diría... cómo podría decirlo... pues, sinceramente, quizás podría intentar explicarla si la hubiera experimentado. Pero no hubo experiencia. Al final me lie, surgieron planes alternativos, y no fui. Os cuento. Como os habréis dado cuenta, lo tenía todo bastante preparado. Incluso había llamado a mogollón de gente, de los que al final no venía ninguno, por supuesto. Pero yo erre que erre, iría solo, pero iría, porque me apetece y porque sí. A las 5, después de la siesta, llamé a un profe de yoga para ver a qué hora era la clase (me voy a apuntar a yoga, por si no os lo había dicho), y ese día no había clase de yoga. Mejor, porque la clase era de 10 a 11, y luego igual era tarde para alguno XD de los que me acompañarían a bailar. Y en esto sonó el teléfono. Resulta que una amiga muy querida había vuelto de vacaciones de Navidad, y quería verme para charlar un rato. Bueno, son sólo las 17,30h, pensé yo, ingenuo de mí. Hasta las diez o pahí, anda que no queda tiempo. Así que me fui a su casa y entre té y té, qué has hecho estas navidades, jijijí, jajajá, llegó su compañero de piso. Son las siete, ¿nos tomamos unas cañas? Yo iba a trabajar un rato, pero bueno, me bajo y luego me pongo. Así que vamos al Floro, que está cerrado, y nos metemos en el de al lado. Tintos para los hombres y clara para ella. Segunda ronda. Yo ya no quiero más, Venga, mujer, y así pago yo la tercera. Mensaje al móvil de otra amiga, Dónde andas, cuándo vamos a tener sesión de guitarra, Pues ahora vamos para casa, vente si quieres, Vale, en un rato voy para allá. ¿Queréis que vayamos a casa? Tengo diez litros de Ribera en una garrafa. A mí no me apetece beber más, pero tengo hambre. Yo me voy a subir a casa, que tengo que trabajar. Salimos a la calle y al final el chaval también se viene, porque si se iba para casa era para trabajar, y después de los tres vinos no iba a trabajar ni nada. Así que nos vamos los tres a casa, sacamos la guitarra, llegó la smsera, hicimos pasta con verduras y algo de cus-cus, y como a las doce y media se fueron todos. Y ya no me apetecía salir.

Pero estoy contento, porque la intención está ahí, y sé que, más tarde o más temprano (en principio el jueves que viene, después de la clase de yoga :o) terminaré en el Twist y podré contaros sobre la experiencia jungle. Y mientras a disfrutar, porque si fuera que lo que se quería era ir, y no se fue porque no se pudo, pues chungo, pero como no se fue porque no se quiso, pues guay. Ya que ojalá que todos los problemas se redujeran a una cuestión de no saber qué opción elegir de entre un grupo de éstas, y además a cuál más atractiva.

jueves, enero 04, 2007

La gran biblioteca

Internet es una gran biblioteca. Miles de palabras, formando legajos y legajos de ciberpapel inundan sus estantes electrónicos. Pero lo realmente maravilloso es que cualquiera, en cualquier lugar del mundo, con un ordenador conectado se puede asomar a cualquier rincón de esta inmensidad.

Yo estaba ese día matando el tiempo en una navegación a la deriva. Buscaba sin saber el qué y leía al azar fragmentos de los más variados temas. Otras veces, detenía mi mirada en fotografías, o me dejaba seducir por algún diseño flash en el que alguien anónimo buscaba su lucimiento.

Fue entonces cuando vi aquel poema. Estaba en un foro de poesía, donde escritores desconocidos dejaban trozos más o menos acertados de sus obras. Aquellos versos me llamaron enseguida la atención. Eran de una belleza sublime, de una crudeza impresionante, de una profundidad abismal. Hablaba del amor y el dolor, tema redundante en todos los poetas, pero lo hacía desde una perspectiva nueva para mi. Enseguida lo hice mío, pues parecía retratar mis propios sentimientos.

Quise saber quién lo había escrito, pero en la cabecera solo un nombre lo identificaba: Luna.

Me quedé profundamente apenado. No podía localizar el alma que había derramado tan precioso poema, escondido entre la maraña de la red.

Esa noche me fui a la cama soñando con Luna. Imaginaba una mujer, con el rostro difuso, entre nieblas, cuyos indefinidos rasgos me atraían. Pero veía sus manos con toda nitidez. Unas manos jóvenes, de largos y finos dedos. Tomaba entre ellos una pluma y sobre un papel blanco comenzaba a escribir.

Me levanté sabiendo como iba a localizar a Luna. Aún con los vapores del sueño merodeando mi cabeza. Me senté frente al ordenador y tecleé en el buscador el primer verso completo del poema. Exigí una búsqueda precisa, para que aquel verso fuera exacto. Así aseguraba que ante mi aparecerían aquellas páginas en las que había sido escrito ese y solo ese verso.

El buscador me mostró varios resultados, y fui consultando, frenéticamente, una tras otra las páginas. La mayoría eran nuevos foros de poesía, en los que se duplicaba el poema, siempre con la misma firma Luna. Pero cuando comenzaba a desesperar en mi búsqueda hallé una página en la que escritores desconocidos dejaban su perfil y algunas obras. Allí estaba Luna o mejor dicho Lucrecia Acosta, de Venezuela, de veinticinco años. Junto a estos datos su e-mail y varios poemas suyos. Pasé media mañana deleitándome en la lectura de aquel puñado de versos. Todos ellos eran maravillosos. Desnudaban mi alma y llegaban a lo más profundo y escondido de mi corazón.

Cuando miré el reloj era cerca de la una del mediodía y aún no había tomado ni el café. Llevaba más de cinco horas pegado a la pantalla, imprimiendo cada verso por el afán de poseerlos en papel. Decidí entonces escribir a Luna o Lucrecia. Me había enamorado profundamente de sus versos y se lo tenía que decir.

Me pasé las dos horas siguientes redactando mi carta. Debía estar a la altura de las circunstancias. Me deshice en elogios, alabé cada palabra, cada sonido y cada sentimiento que expresaban los versos.

Cuando me decidí a enviar mi escrito, ocupaba ya tres páginas. Me aseguré que partía de mi bandeja de salida y se iba a la carpeta de elementos enviados. Y me quedé delante de la pantalla como esperando que mi remitente contestara de forma inmediata.

Ha pasado ya casi un año desde aquel primer envío, y digo primero porque reenvié bastantes más veces la carta. Nunca obtuve respuesta. Los poemas siguieron ahí, en las mismas páginas, su perfil y dirección de correo siguió sin cambio, pues miles de veces entré a comprobarlo, pero Luna o Lucrecia, si es que así se llama, nunca me contestó desde Venezuela, si es que ese es su país.

Behind the schedule

{Puedes ver la versión íntegra con fotos en: http://www.vicaro.com/carlos/fotos/grecia2.htm}

Aterrizamos en el aeropuerto de Atenas con una hora de retraso según la organización, por lo que el esperado workshop nacía ya "behind the schedule" :-). Josep, rebautizado en nuestra aventura griega como Yósef (o el "consumer" como luego veremos), había volado desde Barcelona y llevaba más de una conversando con Iraklis, la persona designada por Nick para abrazarnos nada más aterrizar, y para trasladarnos a nuestro hotel en medio de un tráfico caótico.

Desde aquel preciso instante, y sin darnos siquiera cuenta, todo nuestro tiempo y nuestro libre albedrío quedó a merced de la hospitalidad mediterránea más radical, encarnada y orquestada por nuestro amigo Nick y sus colaboradores (Iraklis, Nora, Michaelas, Aquilais, etc.)

Con Nick, a bordo de su BMW coupé negro, con su traje de terciopelo también negro, y con su pelo blanco ondeando al viento, hemos surcado el Peloponeso y gran parte de la isla de Creta a gran velocidad (210 km/h). Durante estos días, hemos pasado hambre, sueño, miedo, hemos vivido momentos de enorme sobrealimentación, hemos viajado al borde del vómito, y algunas de mis paranoias sobre llegar con tiempo a los sitios han sido sometidas a prueba... ¡¡¡para qué llegar con hora y media al aeropuerto si en Grecia con 25 m. es suficiente!!! :-)

Nuestros sentidos se han visto fuertemente sacudidos por una agenda alocada que no parecía alojar hueco para el descanso. Hemos sido arrastrados al minuto a través de un montón de compromisos, green-houses (invernaderos), y presentaciones institucionales. Nos hemos levantado temprano, hemos comido tarde, hemos trasnochado, trabajado en bares, cafeterías y aeropuertos, y hasta un día nos vimos abocados, y prácticamente obligados, a comer dos veces seguidas (con intervalo cero), con dos grupos distintos de personas, a fin de no herir su hospitalidad.

Esto de comer para Yósef no pareció ser un problema, de ahí el apelativo de "consumer" (el consumidor), por echarse al estómado todo lo que Nick arrojaba a su plato en cuanto veía algún resquicio.

Tengo que admitir que el trato ha sido exquisito, que se han portado con nosotros con un cariño tan grande que en algunas ocasiones me hacía dudar de si realmente nos habían confundido con otras personas :-). Si algún día vienen a vernos nos va a costar ser tan buenos anfitriones, desde aquí ofrezco los cuerpos y fortunas de mis compañeros de viaje :-)

Pero pese a este gran cariño he de confesaros un secreto: el último día tratamos de escaparnos. Sí, lo admito y si algún día Nick lee estas letras espero que sepa perdonarnos. Necesitábamos algo de libertad, estar solos, hablar en castellano, hacer compras, etc. y... aprovechando un pequeño retraso de Nora salimos solos a la calle.

Al salir a la puerta del hotel levanté los brazos y grité en señal de victoria, tratando de saborear como un niño chico una sensación de libertad que ni recordaba, con tan mala suerte que no ví el escalón de la entrada y me precipité hacia adelante. En un principio pensé que podría controlar mi caida y corrí hacia delante tratando de mantenerme en posición más o menos vertical, pero tras tres o cuatro metros y ante lo vano de mi esfuerzo decidí echarme a rodar sobre mí mismo.

La gente me miraba con gran estupefacción mientras reía tendido en el suelo, y según Alicia y Yósef varias amables ancianas me increparon en su idioma, pensando que estaba haciendo una especie de performance :-) Afortunadamente mi prodigiosa condición física hizo que mi cuerpo no sufriera ningún daño irreparable, pero perdimos un tiempo precioso y... tras incorporarme... allí estaba Nora :-)

Al final me alegré de ese traspiés, porque la mañana del viernes fue estupenda. Hicimos turismo, compramos, y visitamos el barrio de Plaka tranquilamente. Nora nos acompañó, nos ayudó a regatear en las tiendas, y siguió con la saludable costumbre de Nick de seguir sin dejarnos pagar absolutamente nada...

Además de esta jornada matinal disfruté muchísimo en la cena del día anterior, en un pueblo perdido en el sur de la isla de Creta con un grupo de agricultores/pescadores amigos de Nick. Nos comimos el pescado que uno de ellos había pescado el día anterior, cuyas fotos nos mostraba con gran orgullo.

Aquí llega el final de este largo relato-resumen de viaje. Desde aquí agradecer de corazón el trato recibido, mil gracias por todo, de verdad. Ya amenacé a Nick cuando estábamos allí que si nos seguía tratando así me quedaría allí y llevaría a toda mi familia :-). Lo decía en serio. Mil gracias y muchos besos.

Carlos [http://www.carlosrebate.com]

martes, enero 02, 2007

Oración gestáltica de Fritz

Yo soy yo,
Tú eres tú
Tu haces lo Tuyo, Yo hago lo Mío
Yo no vine a este mundo para vivir
de acuerdo a tus expectativas
Tú no viniste a este mundo para vivir
de acuerdo con mis expectativas
Yo hago mi vida, Tú haces la tuya
Si coincidimos, será maravilloso
Si no, no hay nada que hacer.