sábado, marzo 29, 2008

El placer de no hacer nada

Pasear. Eso es lo que llevo haciendo desde el lunes. En Alicante, en el Dragon, y ahora aquí, en Granada. Es muy fácil acostumbrarse a esta vida. Voy con el didgeridoo, por si se tercia tocar en algún sitio, o con gente, y una mochilita con algo de ropa, un libro, y el cuaderno de notas. Suficiente. ¿Para qué más?

Acabo de entrar en una tetería que me ha recomendado un chaval, al lado del Mirador de San Nicolás. El dueño ha dejado un té Brisa de Oriente en mi mesa, y tienen argilas. Igual me pido una, igual no. Igual sigo paseando, como algo, o igual no. Igual tiro mañana para el Raw Food Gathering, Healing Rainbow, en Nerja, o igual tiro para Madrid directamente.

Qué más da ahora. No tengo ninguna prisa. Qué sencilla es la vida cuando no es necesario decidir.

miércoles, marzo 26, 2008

¿Dónde estamos?

Parece que vivimos una sequia creativa de dimensiones bíblicas.

domingo, marzo 23, 2008

Atardecer

El viento los juncos quiebra
cuando el día muere
en una orgía de sangre
que tiñe el cielo de rojo y negro.
El sol yace herido en su horizonte
y refleja su cara
en las oscuras aguas.
Todo final es un comienzo
y con la muerte del sol
nace la luna
que reina bajo el tupido manto
de brillantes estrellas.
Todo se funde en la frontera
que marca la vida y la muerte,
en un ciclo infinito
del que somos lo simple,
pequeñas partículas
que se arrastran al antojo
de los elementos.

v.m.j.a. 13/8/2002

martes, marzo 04, 2008

Cada uno con su verdad

Me contaron la historia de un sacerdote que estaba tratando de convencer a un feligrés alcohólico para dejar la bebida.

Para ello llenó un vaso con alcohol puro y tomó una lombriz dejándola caer en el vaso.

La pobre lombriz comenzó a retorcerse y murió. Y el sacerdote le dijo al feligrés:

-¿Comprendiste el mensaje, Juan?

- Sí padre comprendí el mensaje... comprendí el mensaje... ¿Sabe?, si se tiene un bicho en el estómago, hay que tomar alcohol.

Anthony de Mello - Redescubrir la vida

sábado, marzo 01, 2008

Sueños

Anoche soñé con mi madre y con Anne, las dos de una tacada. Creo recordar que estaba en un hotel, que quizás eran dos edificios comunicados muy grandes, y yo subía y bajaba por los ascensores y entraba y salía de las habitaciones, sin saber muy bien en dónde estaba. En una de ellas me encontré con Anne. Estaba con su amiga Dorothé (creo) y me alegré un montón de verla. Estaba un poquito contenta, el puntillo que solía coger cuando salíamos juntos de borrachera, y había un montón de carga sexual en el aire. Nuestra relación fue siempre muy sexual. Nuestra relación fue siempre muy de todo.

Y luego estaba en otra habitación del mismo hotel con mi madre y con unos amigos. Debía ser nochebuena, porque yo andaba preocupado comprándole regalos a la gente. Y de repente me di cuenta de que no le había comprado nada a ella, así que me excusé con una tontería y salí al patio, a las tiendas del hotel :) para encontrar algo.

No recuerdo mucho más ahora, así que ahí os lo dejo. Para que lo analicéis.