Ayer me dijeron que me resignara de una vez, que sólo existían dos clases de hombres: los que les gusta Rocky Balboa y los que dicen que no les gusta pero están mintiendo. Tras un pequeño sondeo (unos 12? hombres?) a todos menos a uno les gustaba Rocky (recordaban entusiasmados escenas y diálogos cada vez que les preguntaba; la del ruso fue la más sonada; pa`verles!). El único que dijo que no le había gustado mentía: quería ligar (como prueba de ello tenemos que me dijo que si tenía 25 años...je) y adivinó (tampoco requería ser muy listo) que buscábamos al no admirador de Rocky. En fin, que me paré a pensar si a lo mejor es verdad y el chico que no ha visto o no le ha gustado Rocky no existe. Todo esto viene a raíz de mi superplan del viernes noche: se me ocurrió abrir la mente y ver Rocky 6 porque no he visto nunca una peli de Rocky (y ahora sé que muchos pensareis, claro, es que si no has visto las 5 anteriores no es lo mismo; creedme, sería lo mismo). Madre mía, su empalagosería me saturó desde el primer segundo y no me dió un respiro en toda la película. ¡Todo el mundo quiere a Rocky! Es un tío tan íntegro como musculoso que ayuda a todo el mundo con su sabiduría de la calle, con su sensibilidad extrema, su descomunal empatía, su infinita humildad. Escenas que magnifican a Rocky por doquier porque tiene más corazón que carnitina (es lo que le debe faltar a Rambo, porque frente a Rocky todos le dieron un rotundo segundo lugar). Tiene todos los ingredientes: reencuentro con chica a la que de niña llevaba al colegio y ahora la ayuda dándole trabajo en su restaurante ( museo donde admirar a Rocky) y que se convertirá en su gran apoyo, hijo que le odia pero que acaba comprendiendo que su padre es el mejor del mundo mundial no sólo en el ring, amigos con problemas de retrasos mentales y de bebida a los que Rocky ayuda a pesar de que no le apoyan en su vuelta al boxeo, (porque Rocky es un incondicional de hacer el bien), un tribunal de hielo que no le quiere dar la licencia para pelear pero se los gana con un discurso que les descongela el corazón, vamos, que hasta el hiphopero que es su supercontrincante acaba queriéndole! El momento de la perrera, cuando elige al desvalido perrito Punchy es glorioso. Rocky es un Hombre de los de antes y no entrena en gimnasios, no hombre, Rocky sube escaleras, levanta camiones, tala árboles e incluso boxea en un matadero utilizando canales colgantes de vacas a modo de sacos de boxeo...Un Hombre que ama a su mujer muerta por encima de todas las cosas (todas las mañanas lleva rosas rojas a su tumba y se sienta en una sillita a estar con ella, este Rocky me mata!), por lo que la chica de esta peli sólo se lleva un casto pero significativo beso de amor. Y de colofón un manido combate final...no revelaré quién gana.
En fin, el caso es que me ha picado la curiosidad (¿de verdad sólo existen dos tipos de seres humanos del género masculino ante el fenómeno Rocky?) y me ha entrado el miedo (¿¿de verdad!!??). Y al final resulta que tengo más en común con Rocky de lo que me pienso, porque yo también siento ahora la bestia interior, esa que es imprescindible para ganar porque te hace pelear también con el corazón, y me uno a su grito de guerra “Figthers fight” (con su voz cavernosa impresiona más) y soy una figther que va a pelear hasta encontrar al tercer hombre! Tiene que existir! Y comienza el combate, ya oigo la música: Ti ro tiii, ti ro tiii... ti ro tii ti ro tii.