martes, noviembre 06, 2007

Cosas difíciles de hacer cuando estás fumao

Nas a todos. Como el título indica, abro aquí un hilo sobre cosas que se complican cuando estás fumado. Es decir, que si no lo estás te resulta sencillo, pero al fumar se complican bastante. Y quien dice fumado dice en algún otro estado alterado de consciencia (inducido por el alcohol, los hongos, la respiración abdominal en ocho partes...).

En mi caso, el otro día estaba intentando doblar una sábana, y recordé que siempre se me complica mucho la cosa cuando he fumado una marihuana decente. Además me di cuenta de que hay muchas cosas que recuerdo sólo cuando estoy fumado, precisamente porque sólo me suceden en ese momento, y como se me ocurrió que sería un buen tema para el blog, afiancé el recuerdo y aquí está. Así que ya sabéis: cuando fumo me cuesta mucho doblar sábanas, mantas y elementos parecidos. Es que no soy capaz de encontrar las puntas, y cuando las encuentro no corresponden a aquellas que tengo en la mano, sino que son las de la esquina opuesta, y luego cuando intento doblarla por segunda vez pierdo la referencia del otro lado... bueno, un follón. Me hace mucha gracia en el momento porque sé que es algo simple que se complica al alterar mi percepción, como muchas otras cosas.

¿Cuáles son las vuestras?

4 comentarios:

Lupa dijo...

Conducir habiendo fumado marihuana de la buena! Nunca más!

Pierdo totalmente el sentido de la orientación, y el espacio se convierte en una dimensión adimensional. Izquierda y derecha se funden en un solo sentido. El coche dobla las calles al capricho de mi estado alterado de conciencia que no sabe por dónde tiene que ir. En las esperas de los semáforos mi mente vuela tan alto que cuando baja no sabe cuánto tiempo ha pasado, no sabe que hace dentro de un coche. La cosa se pone difícil cuando al ver la luz verde (el sentido de los colores no lo pierdo) voy a salir y no sé si tengo que pisar el pedal izquierdo o el derecho. Por más que me concentre sólo puedo saber que pedal es cada cual, al pisar uno al azar y comprobar empíricamnete si me detengo, si tiene resistencia de embrague o de acelerador...para que hablar de meter las marchas, menos mal que mi estado alterado de conciencia sí interpreta los ruidos. La velocidad a la que circulo debe ser semejante a la de un peatón aunque yo siento que voy la ostia de rápido.
Una auténtica sensación de adimensionalidad, de no saber de dónde vengo, ni dónde estoy ni a dónde voy. Ni pasado ni presente ni futuro.
Si no me localizo ni en el espacio ni en el tiempo, ¿dónde estoy? ¿En el Nirvana? ¿En el Infinito?

Ricardo dijo...

A mí cuando estoy borracho me cuesta callarme. No paro de hablar. Ya hablo mucho estando sereno, pero estando borracho, hay veces que sé que llevo 10 minutos hablando y que debería callarme y aún así, me cuesta. (A veces lo consigo.)

malabarista infernal dijo...

Ayer después de unas cañas y un par de porritos de marihuana tenía que volver a casa en metro, para ello tenía que hacer un trasbordo. Me bajé en la parada anterior a la del trasbordo por error, cuando me di cuenta decidí seguir andando por no esperar al siguiente tren (era tarde y tendría que esperar un rato), cuando llegué andando a la siguiente estación cogí allí mi línea, pero la cogí en sentido contrario y no me di cuenta hasta dos paradas después. Bajé y lo cogí en sentido correcto, cuando por fin llego a casa y creo haber terminado la aventura descubro que me he olvidado las llaves, y tengo que despertar a mi compañero de piso para que me abra.
Así que lo que me cuesta hacer cuando estoy fumado, es llegar a casa.
Un saludo

Anónimo dijo...

uff menos reirme, todo me cuesta más con un piti entre pecho y espalda:

el móvil se me transforma en el panel de mando de un boeing 747

el supermercado en un laberinto de espejos

un huevo frito en una receta de ferrá adriá

etc etc etc

pero ahí estamos, mermándo nuestras capacidades