jueves, julio 22, 2010

Unidad

Cada célula de mi organismo es un ente vivo que realiza una función. Si tiene hambre, come, si tiene que trabajar, trabaja, si tiene que morir, muere. Cada célula de mi organismo es fundamental y al mismo tiempo totalmente prescindible. Todas colaboran para mantener mi cuerpo vivo. Cuando una célula muere, mi yo permanece. Una célula no es importante. Lo esencial es mi persona.

Yo, como ser perteneciente a la raza humana, formo parte de un complejo entramado de seres vivos, agua, minerales y gases que conforman un ente vivo al que llamamos Tierra. Si tengo que trabajar, trabajo. Si tengo que morir, muero. Todos juntos hacemos que la Tierra siga viva y evolucione, por lo que cada uno de nosotros es fundamental, y al mismo tiempo, totalmente prescindible. Si yo muero, la Tierra permanece. Yo no soy importante. Lo esencial es el planeta.

La Tierra, junto con otros planetas y cuerpos celestes, conforman lo que llamamos el Sistema Solar. Juntos colaboran para que este sistema siga vivo. Cuando un elemento desaparece, el sistema continúa. Lo importante no es el planeta. Lo esencial es el sistema.

El Sol, como tantas otras miles de estrellas, forma parte de un organismo vivo al que llamamos Vía Láctea. Juntas colaboran para que la galaxia siga viva y evolucione. Cuando el Sol desaparezca, la Vía Láctea continuará. El Sol es prescindible. Lo esencial es la galaxia.

La Vía Láctea, junto con millones de galaxias, conforma un ente vivo y global al que llamamos Universo. Este ente respira y evoluciona en función de cada uno de sus pequeños elementos. Cuando, tras miles de millones de años la Vía Láctea desaparezca, el Universo permanecerá. Nuestra galaxia es prescindible. Lo esencial es el Universo.

1 comentario:

Madi dijo...

Si la vida te ha puesto aquí, es por algo.

Como decía, siempre es un regalo.