Martin tiene 25 años. Vive en Ankaran y trabaja repartiendo paquetes. Todos los días de entresemana coge su furgoneta sobre las 9 y cruza la frontera con Italia, hacia Trieste, donde recoge envíos provenientes de países de Europa Occidental dirigidos a Eslovenia, Croacia y el resto de estados de la antigua Yugoslavia. De Trieste va a Ljubljana, donde se encuentra la sede principal de su compañía. Allí deja todo ese correo y carga paquetes a repartir por diferentes ciudades de Eslovenia: Celje, Zalec, Maribor... Sobre las 4 vuelve a Ljubljana, donde recoge esta vez envíos que van en sentido opuesto, de los balcanes a Europa Occidental, los deja en Trieste y regresa a casa, a descansar.
Martin, como la inmensa mayoría de jóvenes eslovenos, habla inglés perfectamente. Además adora la música dub y reggae en particular.
- Mis amigos sólo escuchan música gipsy balcánica, así que cuando pongo dub y reggae protestan, dicen que no les gusta. Pero a mí me da igual, un día, cuando ahorre dinero, me voy a ir un mes a Jamaica. Escuchar reggae todo el día, sentado en la playa, con rastamen, fumando buena hierba... ¡Eso sí que va a ser vida, my friend!
Martin no está en Jamaica, pero sí que tiene buena hierba. Todas las tardes, antes de recoger en Ljubljana los paquetes para llevar a Trieste, estaciona su furgoneta en un área de descanso de camiones, se hace un canuto, y si no llueve, saca al césped una o dos sillas (en caso de estar acompañado), sube el volumen del equipo y se fuma su joint.
- Algún día, hermano, haré esto mismo en Jamaica. Aunque igual me paso antes por España. Cuando tú estés ahí, avísame y voy a verte. Pero antes me tienes que escribir las letras de algunas canciones de Cypres Hill, para aprender español.
A Martin le gusta también el Hip-Hop. No tendrá problemas en aprender español. Es un tío despierto.
Martin vive con su hermano pequeño y su madre, con la que casi no he hablado porque sólo entiende esloveno. Su hermano habla inglés, pero le pasa como a muchos españoles, que les da vergüenza hablar en otro idioma y piensan que saben menos de lo que realmente saben.
- Vamos, Clemence, aprovecha y habla inglés con Didgewind, ahora que está aquí.
Martin es un tío muy lanzado. Yo habría apostado a que era fuego, pero no, es Cáncer. Quizás eso explique el que nos llevemos tan bien.
A Martin lo conocí en una gasolinera cerca de la frontera con Italia. Yo andaba buscando un ride a Ljubljana, él me recogió y tras 20 kilómetros me invitó a pasar el resto del día en su furgona, repartiendo paquetes y conociendo el campo esloveno. Luego, al despedirse, me dio su teléfono.
- Si te apetece pasar unos días en Koper, o necesitas ir en alguna dirección desde Ljubljana que coincida con mi trabajo, no dudes en llamarme.
Me apetecía pasar unos días en Koper. Así que le llamé.