5 años de vícaro: Mi no-amor imposible
Fecha original de publicación: 23 de marzo del 2009
Autor: didgewind
enlace original y comentarios
Mi no-amor imposible es como la rosa de Saint-Exupéry: cuando no nos vemos me echa de menos, pero cuando estamos juntos es como si yo no estuviera allí. Me ha enseñado muchas cosas, y en determinados momentos me ha ofrecido mucho apoyo y cariño, pero el único alimento que me ofrece ahora son las lágrimas que no puedo derramar.
- Principito, no hables de energía porque no tienes ni puta idea. ¿Cómo vas a ganar dinero dando masajes con el didgeridoo? ¿Acaso alguien te ha enseñado? ¡Si no sabes cómo se hace!
- Bueno, no-amor imposible, no he dado ningún curso pero a la gente parece que les gusta, después del masaje se sienten mejor, más relajados...
- Pero eso no es por el masaje ni por ti, a ver, es normal porque la sensación es agradable y creen que les sienta bien, pero la gente tampoco tiene ni idea, y les puedes estar haciendo mucho daño, porque no sabes lo que haces.
Yo creo que son celos, pero no me atrevo a decirle nada porque piensa que le estoy atacando. Y cuando ella me ataca a mí no son ataques: es porque ella sabe las cosas, y yo no.
- Principito, a ver, yo no sé nada, sólo un poquito, pero sí sé que sé más que tú.
- ¿Y no piensas que puedes estar equivocada acerca de lo que sabes?
- No, porque lo sé.
Es cierto que sabe mucho; pero también es cierto que muchas veces sus hechos contradicen sus palabras.
- Principito, te amo incondicionalmente.
Pero cuando necesita cariño lo busca en otros, y prefiere dormir sola aún teniéndome a mí a su lado.
- Principito, le das mucha importancia al sexo. Deberías fijarte menos en las apariencias, dejar que las cosas fluyan, ¿qué es el sexo sin amor? Lo importante, lo único verdadero, es el amor.
Pero si salimos por ahí me comenta lo atractivo que es tal o cuál chaval, y cuando está de viaje me envía cartas contándome que se ha acostado con éste o con aquél, pero sólo por necesidad física, y que le falta amor.
- Lo que te pasa es que no confías en mí; si confiaras más en mí verías que todo es muy sencillo.
Pero no puedo confiar en ella porque cuando la he necesitado, me ha abandonado.
Mi no-amor imposible dice que me quiere pero no me necesita; sin embargo, yo creo que es al revés, que cuando me necesita me dice que me quiere, lo que sucede es que ella cree lo contrario, pero se está engañando a sí misma.
- Principito, perdóname por todo el daño que haya podido hacerte.
Pero no sé por qué me pide perdón si sigue haciéndome sufrir.
Mi no-amor imposible era antes un amor imposible; pero supongo que murió de soledad y hastío.
Mi no-amor imposible es como la rosa de Saint-Exupéry: cuando no nos vemos me echa de menos, pero cuando estamos juntos es como si yo no estuviera allí. Me ha enseñado muchas cosas, y en determinados momentos me ha ofrecido mucho apoyo y cariño, pero el único alimento que me ofrece ahora son las lágrimas que no puedo derramar.
- Principito, no hables de energía porque no tienes ni puta idea. ¿Cómo vas a ganar dinero dando masajes con el didgeridoo? ¿Acaso alguien te ha enseñado? ¡Si no sabes cómo se hace!
- Bueno, no-amor imposible, no he dado ningún curso pero a la gente parece que les gusta, después del masaje se sienten mejor, más relajados...
- Pero eso no es por el masaje ni por ti, a ver, es normal porque la sensación es agradable y creen que les sienta bien, pero la gente tampoco tiene ni idea, y les puedes estar haciendo mucho daño, porque no sabes lo que haces.
Yo creo que son celos, pero no me atrevo a decirle nada porque piensa que le estoy atacando. Y cuando ella me ataca a mí no son ataques: es porque ella sabe las cosas, y yo no.
- Principito, a ver, yo no sé nada, sólo un poquito, pero sí sé que sé más que tú.
- ¿Y no piensas que puedes estar equivocada acerca de lo que sabes?
- No, porque lo sé.
Es cierto que sabe mucho; pero también es cierto que muchas veces sus hechos contradicen sus palabras.
- Principito, te amo incondicionalmente.
Pero cuando necesita cariño lo busca en otros, y prefiere dormir sola aún teniéndome a mí a su lado.
- Principito, le das mucha importancia al sexo. Deberías fijarte menos en las apariencias, dejar que las cosas fluyan, ¿qué es el sexo sin amor? Lo importante, lo único verdadero, es el amor.
Pero si salimos por ahí me comenta lo atractivo que es tal o cuál chaval, y cuando está de viaje me envía cartas contándome que se ha acostado con éste o con aquél, pero sólo por necesidad física, y que le falta amor.
- Lo que te pasa es que no confías en mí; si confiaras más en mí verías que todo es muy sencillo.
Pero no puedo confiar en ella porque cuando la he necesitado, me ha abandonado.
Mi no-amor imposible dice que me quiere pero no me necesita; sin embargo, yo creo que es al revés, que cuando me necesita me dice que me quiere, lo que sucede es que ella cree lo contrario, pero se está engañando a sí misma.
- Principito, perdóname por todo el daño que haya podido hacerte.
Pero no sé por qué me pide perdón si sigue haciéndome sufrir.
Mi no-amor imposible era antes un amor imposible; pero supongo que murió de soledad y hastío.
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