lunes, noviembre 19, 2007

Cuando me vaya a morir (o ya me haya muerto)

Cuando me vaya a morir, quiero ser consciente del momento. Aunque duela. O, al menos, que me pregunten si prefiero ser consciente con dolor o atiborrarme de sedantes y estar atontado. Porque ya que van a ser mis últimos momentos, prefiero enterarme, si es posible. No creo que el dolor sea entonces tan importante.

Por supuesto, quiero que me digan que me estoy muriendo. Nada de ocultarme la verdad para que no lo pase mal. Es un derecho que creo que me asiste, y por la misma razón que antes. Si me voy a morir, quiero ser consciente de mis últimos momentos, y de que son mis últimos momentos.

También me gustaría morir en casa, o, en su defecto, en casa de algún amigo (porque al paso que voy, lo sorprendente sería tener casa propia), nada de hospitales. En ese momento para mí va a ser importante estar a gusto, y en el hospital no hay ni comodidad, ni intimidad. Suficientes cosas voy a tener en la cabeza como para estar jodido en un entorno que no es el mío.

El velatorio no está mal. Antes no era de esta opinión, pero ahora me he dado cuenta de que la gente necesita llorar junta a un ser querido. No es obligatorio ir, por supuesto, pero entiendo que habrá gente que lo necesite. Si mis familiares no quieren ir que no vayan. Yo ya estaré muerto. Ahora lo importante son ellos.

Y ya que estamos, más que un velatorio podría ser una reunión social, con comida, bebida y canto, como los velatorios italianos o irlandeses. Yo no quiero que la gente que me quiere esté triste, al contrario, la muerte es simplemente un cambio de estado. Pero esto lo dejo a su elección, quien quiera venir, que venga, quien quiera llorar, que llore, y quien quiera cantar, que cante. Lo importante es ser feliz.

2 comentarios:

malabarista infernal dijo...

Completamente de acuerdo Kike, hace tiempo vi una película (Swing) en la que ante la muerte de un familiar la familia actúa de una manera diferente a las que yo he vivido, y para mí muchos más saludable para todos, te la recomiendo, quizá te guste.
Un saludo

Victor Manuel Jiménez Andrada dijo...

Hombre, visto así, parece que estás eligiendo la muerte a la carta. Al final uno casca cuando menos se lo espera y en situación más impensable. De todas formas, como reflexión está bien. Lo del velatorio en plan "salir de cañas" también tiene su gracia, así todo el mundo recordaría el momento y si es barra libre mucho mejor. De todas formas, la muerte no es más que algo natural a lo que estamos destinados desde que nacemos y la frontera necesaria para la otra vida.