domingo, enero 20, 2008

Ecos

Me alegra oir no solo el eco de mi voz, sino el calor de voces amigas. Sé que estáis ahí, leyendo estas lineas. Soís la mejor compañía cuando la soledad de la multitud ahoga sin piedad.

CUANDO FUIMOS TAN FELICES
26/abril/2001 v.m.j.a.

Cuando fuimos tan felices,
no había razón en las cabezas.

Funcionábamos por impulsos,
sin pensar lo que hacíamos.

Soñábamos despiertos,
pues nunca dormíamos.

Un día nos odíabamos,
al día siguiente nos besábamos.

Cuando fuimos tan felices,
no había normas escritas.

Nuestra única bandera
era de piel desnuda en la noche.

Fumábamos tabaco rubio,
y no importaba la tos de madrugada.

Bebíamos por litros,
alcoholes de garrafas.

Cuando fuimos tan felices,
nos deslumbraba la luz del alba.

Cuando fuimos tan felices.

3 comentarios:

Eldalosse dijo...

Una pregunta Víctor.
¿Tú estas casado o con novia?
Porque escribiendo esas poesías no me creo que estés solo y sin compromiso.
:)
Enhorabuena!

Victor Manuel Jiménez Andrada dijo...

Muchas gracias por tu comentario. Tengo pareja, pero creo que todo influye en lo que uno escribe y no solo esta circunstancia. Llevo escribiendo desde los 15 años y cada vez que alguien como tu se asoma a mis textos, me da ánimos para continuar.

Eldalosse dijo...

Pues ánimo y a seguir escribiendo, que hoy día no es fácil encontrar hombres románticos que escriban bien.
Yo también escribo desde muy temprana edad, aunque con tanto trabajo, poco tiempo me queda:)
Un saludo.
http://sexoenhuelvayork.blogspot.com