jueves, julio 22, 2010

La Verdad os Hará Libres

Siguiendo con un post anterior, Iceberg, me voy a centrar ahora en la frase que da título a éste, y en algunas de las ideas que comentaba en aquél. Para ello voy a detenerme en dos conceptos fundamentales: los apegos y las expectativas.

Un apego podemos definirlo como aquello a lo que no queremos renunciar, ya sea una idea, un objeto o un sentimiento hacia otra persona. Los apegos nos impiden evolucionar, por ejemplo puedo apegarme al concepto que tengo de mí mismo, evitando de esta forma el florecimiento del pensamiento inconsciente que ayuda al conocimiento interior y por tanto al descubrimiento de facetas de mi personalidad que me ayudarían a aceptarme más. Como dichos penasmientos no salen a la superficie permanezco ignorante de ellos y por consiguiente no puedo estudiarlos y utilizarlos para crecer como persona. Estoy apegado al concepto que tengo de mí mismo, no quiero aceptar que estoy muy influenciado por mis impulsos sexuales porque me avergüenzo de ellos, así que lo mejor es tenerlos ocultos en el inconsciente y seguir como estoy. Esto es una tontería porque yo soy maravilloso, todo yo. Si la existencia me ha aceptado tengo que ser maravilloso, y esos impulsos no son ni buenos, ni malos, simplemente son. En el momento en que te aceptas como eres, con todas tus 'mierdas', al menos empiezas a ser mucho más consciente de ellas, y puedes investigar aún más sobre su causa y cómo influyen en tu quehacer diario. También puedo apegarme a una persona y oponer resistencia a la evolución natural de mi relación con ella, porque no quiero que cambie. Esto es también una estupidez porque sabemos que todo cambia, nada es inmutable, todo es un continuo fluir y si mi relación con mi pareja cambia es porque tiene que cambiar. Yo no tengo derecho a obligar a otra persona a ser como yo quiero que sea, al contrario, la persona que esté conmigo tiene que gustarme tal y como es, no como yo quiero que sea, y si no es así es mejor que la relación evolucione. La gente que te atraiga, ya sea en una relación de pareja, de amistad o de trabajo, debe empatizar contigo por como tú eres y por como ellos son, no por como a ti te gustaría que fueran o como a ellos les gustaría que fueras tú. Más importante que el que te guste la otra persona es que tú te gustes a ti mismo cuando estás con esa otra persona. Y para ello es fundamental ser primero sincero con uno mismo. Al intentar ser tú (no quien tú crees que eres) las personas que estén a tu alrededor serán las personas a las que les guste como tú eres, lo cuál es una alivio enorme, te permite estar mucho más relajado y al mismo tiempo sin miedo a perderlos, porque si se alejan es, como ya hemos dicho, porque ambos evolucionáis de forma natural y ya no existe tanta afinidad entre vuestras formas de ser. Por ello es importante ser sincero hacia fuera y hacia dentro. Una de las razones por las que no decimos las cosas es por el miedo a que esa verdad afecte a nuestra relación con la persona a la que no se las decimos, y de esta manera no estamos siendo sinceros con ella. Tenemos que dar un paso al frente, dejarnos de miedos e historias y decir, yo soy así, y si no te gusta no pasa nada, no es ni bueno ni malo, ya aparecerá alguien a quien le guste como soy, ya aparecerá alguien que a ti te guste como es, como ya digo, con todas nuestras mierdas y todas nuestras bondades.

El segundo concepto es el de expectativas, que está muy relacionado con el concepto de anhelo. Las expectativas y los anhelos siempre traen desilusiones. Sin embargo, si no esperas nada, todo es un regalo. Yo tengo unas expectativas cuando espero algo. Se puede dar de muchas formas. Por ejemplo, puedo venir al Rainbow esperando que todo sea maravilloso, el sitio ideal, la gente generosa y el amor libre. Y cuando llego, sólo hay cinco personas y está diluviando, así que no se puede hacer nada y me vuelvo a casa decepcionado. Una semana más tarde regreso, y ahora hay sol, los pájaros cantan y el agua corre pura y cristalina, pero la lucha entre egos es diaria y las hippies no follan lo que yo pensaba. O puedo anhelar un objeto, una persona, un trabajo, una estabilidad... Los anhelos tienen que ver con el futuro, por lo que nos estamos olvidando de vivir el momento. Y el momento es ahora. Aquí y ahora. Ésta es una frase muy bonita que queda muy bien decirla, pero nos resulta casi imposible aplicarla. No digo que no lo intentemos, pero el que más y el que menos nos quedamos siempre a una distancia prudencial. Tenemos que eliminar todo tipo de expectativas, de deseos. La única aspiración legítima del hombre es la felicidad, y ésta sólo nos llegará cuando seamos capaces de renunciar a todo lo demás, lo que tenemos y lo que no tenemos. En el momento en que no tengamos nada, lo tendremos todo.

No tener expectativas no significa no hacer cosas o no tener ideas. Yo ahora mismo tengo la idea de ir al Rainbow de Macedonia en septiembre. O de que me contrate Línea Directa durante un par de meses, lo que me proporcionaría mucha pasta que me quitaría problemas futuros facilitándome el tipo de vida que me gustaría tener. Puedo pensar todo esto. Pero siempre sabiendo que si no sucede, no pasa nada, porque otras cosas sucederán. En el momento en que no tienes nada, ni esperas nada, todo es un regalo, y todo es mucho más fácil porque no tienes nada que perder.

Al liberarnos de los apegos y las expectativas todo es mucho más sencillo. Al no tener miedo a perder nada, porque sabes que en realidad no tienes nada, eres más sincero con los demás, dices las cosas como son para ti, sin filtros de deseos ni apegos, la verdad cada vez más pura. Al ser más sincero con los demás eres más sincero contigo mismo, por lo que de nuevo eres más sincero hacia fuera, lo que a la vez resulta en menos apegos y expectativas. Vivir resulta mucho más cómodo, sencillo y gratificante. Y la gente que tienes a tu alrededor, y los objetos que te proporciona el universo, son los que necesitas en cada momento. Es decir, aquí y ahora.

2 comentarios:

Madi dijo...

A eso me refiero con CARPE DIEM. Estoy contigo.
Bs

Ricardo dijo...

Estoy de acuerdo en lo básico de lo que dices aunque hay algunos detalles en los que no. Por ejemplo, yo prefiero tener expectativas, pero siempre siendo conscientes de que puede que no se cumplan.

A mí me gusta tener expectativas y deseos, creo que es lo que nos hace movernos y evolucionar.

Puede que sea cosa de palabras y los dos queremos decir lo mismo.