enlace original y comentarios
Queridísima mamá:
Te escribo desde un café en un pueblecito de Nueva Zelanda. Al final hice como te dije, dejé la vida occidental y me vine para el este, pero en vez de en Asia estoy en Nueva Zelanda. Básicamente, en el 2006 conocí a unos kiwis que se quedaron una semana en casa y me invitaron a su boda. Así que he aprovechado ya para venirme.
Aquí hay un montón de naturaleza por todos lados. Llegué a Christchurch, que está al noreste de la isla sur, el 17 de febrero (aquí tienen dos grandes islas, la norte y la sur, y luego algunas islas pequeñitas). La boda fue el 20, en medio del campo, nos lo pasamos muy bien. Luego tiré para Waitati, más al sur, para hacer helpx. Helpx, como Wwoof, es un sistema por el cuál ayudas 3 ó 4 horas en casa de alguien y ese alguien te da a cambio comida y alojamiento. El trabajo no suele ser duro, yo hasta ahora lo que he hecho ha sido cuidar jardines, y de esta manera no gastas dinero y tienes tiempo libre. Bueno, pues después de Waitati bajé a Milton, ahí sí que me explotaron un poco, y luego tiré para la costa suroeste, a Fiorland. Aquello son lagos y montañas, es todo un parque nacional y no hay pueblos, sólo Manapouri y Te Anau junto a los lagos del mismo nombre. Todo lo demás es prácticamente virgen.
En Te Anau estuve haciendo una ruta un día (Keppler's Track). Aquí lo del turismo activo lo tienen muy bien organizado, demasiado bien, diría yo. Me explico, por ejemplo, la Keppler's Track te la puedes hacer en 3 ó 4 días, los puntos de acampada están establecidos al lado de los refugios, y siempre tienes que reservar y pagar con antelación. La ruta está muy bien marcada, y salirse de ella está mal visto. No sé, aunque sea un parque nacional, parece que la gente viene sólo a hacer la ruta, no hay nadie que pase el día simplemente en la montaña, hay demasiados matorrales quizás, no sé si me explico. Bueno, yo me hice un día (3 horas p'alante, 3 horas p'atrás) y al día siguiente lo pasé descansando porque tenía las piernas llenas de agujetas. Me recordó a cuando jugaba al fútbol y tenía agujetas casi todos los días. Me llevé el didgeridoo, como siempre, y eso estuvo bien porque a veces me paraba a escuchar los sonidos y luego los intentaba imitar. De hecho estoy componiendo un tema basado en esos sonidos. Lo voy a llamar Te Anau - Keppler's Track :).
Al día siguiente me fui de kayaking a Doubtful Sound (por supuesto reservado desde el lunes) y fue también una experiencia muy interesante. Además nos llovió, lo cuál por una parte disminuyó considerablemente el número de mosquitos que se acercaban al kayak y por otra parte aumentó unas 50 veces el número de cascadas que nos encontramos por el camino. Ver los fiordos desde dentro del propio lago contribuyó también mucho a mi paz interior.
Luego tiré para Queenstown. Iba a comprar billete de autobús, pero desde que estoy por aquí toda la gente me dice que hacer auto-stop es muy fácil, que te recogen enseguida. Así que me lié la manta a la cabeza y me puse a hacer dedo a las afueras de Te Anau. Es cierto que te cogen fácil, a la media hora paró un inglés que andaba de vacaciones por allí y que me dejó en Lunsdem, y media hora después me recogió un nativo de Queenstown que me acercó hasta la ciudad. En Queenstown estuve el fin de semana de couchsurfing con una parejita de escoceses muy maja, y el domingo subí con dos taiwaneses a Glenorchy, a hacer un día del Roteburn's Track. Esa misma parejita me acercó el lunes a Wanaka, a casa de otra señora para hacer más wwoofing. Wanaka es preciosa, rodeada de montañas nevadas a la orilla de un inmenso lago. Me he pasado esta semana cortando leña y caminando alrededor del lago. Ayer subí al Roy's Peak, 1.300 metros de desnivel y una caminata de seis horas y media. Así que hoy viernes vuelvo a tener las piernas doloridas.
Y nada, lo que te contaba, que esta mañana haciendo autostop he vuelto a Balclutha, cerca de Milton, porque el otro día una gente me vio tocando en la calle y me invitaron a una celebración maorí que hacen mañana, donde cocinan bajo tierra o algo así. Aprovecharé para pasar unos días en los Catlins, que así se llama esta comarca. Ya te contaré.
Como ves por aquí no me aburro. Ahorré bastante pasta en Madrid el último año, y entre eso y el gastar lo menos posible espero estar bastante tiempo por ahí. De vez en cuando volveré a casa a pasar uno o dos meses con papá y el abuelo, y luego me volveré a ir. Sé que no es lo que a ti te habría gustado, pero de momento soy feliz así, y supongo que cada uno tiene que seguir su camino. Verdades hay muchas, y el que a mí me vaya bien así no quiere decir que sea lo mejor para todo el mundo, sólo que es lo mejor para mí. De la misma manera que el que alguien sea feliz trabajando todos los días y con pareja, casa y coche no quiere decir que ése sea el único camino para ser feliz, es sólo uno de tantos. Pero hay gente que no lo comprende.
En casa, a papá le pregunté y me dijo que a él le parecía bien, que mientras yo fuera feliz él estaba contento. Luego hablé con algún amigo suyo y me dijo que en realidad estaba algo preocupado, pero que ellos mismos le decían que es una experiencia que me va a venir muy bien. El abuelo me decía que no me fuera (fíjate, el abuelo, el que nunca se ha metido en lo que hacemos o dejamos de hacer), que en vez de irme tan lejos me quedara con ellos allí en Badajoz, pero yo creo que lo que le pasa es que está asustado, porque primero te moriste tú y a los pocos meses la trapi, y está viendo muy de cerca la muerte. Pues sí, la trapi se murió, según el veterinario de anemia, pero el tío Antonio dice que fue una depresión de caballo porque ya no estabas tú, y yo creo que tiene razón. Además el abuelo ya empieza a tener achaques y el hecho de que ya no haya energía femenina en casa se nota mucho. Por eso he intentado llevar amigas a casa de vez en cuando, y papá y el abuelo lo agradecen, porque ya te digo que se nota. De la misma manera que nunca le agradeceré a Mar lo suficiente el que se quedara una semana en casa tras tu muerte. Sobre todo a la hora de comer y de cenar se notaba mucho que faltabas tú. Y el hecho de que estuviera Mar por allí suavizaba mucho la cosa. Luego, hasta Navidades, siempre estábamos Manolo, Javi o yo por allí. Papá les decía a sus amigos que no les dejábamos solos. Y así, más o menos, lo van superando. Más o menos.
Papá todavía lo pasa mal, aunque ya sabes cómo es él, organizando las batidas, los viajes de jubilados, arreglando papeles... El abuelo va teniendo dolores, que si en la espalda, que si en el pie... Como ya no juegan a las cartas (supongo que es demasiado doloroso porque ya no estás tú) y recuerdo que decías que le venía muy bien para ejercitar la mente, estas navidades me fui al Corte Inglés a comprarle un ajedrez electrónico. Buscaba algo lo más sencillo posible, porque ya sabes que si el abuelo tiene que leer la pieza que le toca mover a la máquina y en qué casilla, al final se equivoca y no vuelve a jugar, así que buscaba algo como que iluminara las casillas de inicio y final, o algo así. ¿Y sabes lo que encontré? Pues un ajedrez en el que tú mueves tus piezas y un brazo-robot mueve las piezas contrarias. Así que es como si el abuelo jugara contra otra persona, pero mejor porque si se levanta para ir al baño, o a hacer algo en la cocina, o simplemente para ver la tele, el robot no protesta. Y luego puede continuar la partida. Bueno, pues al mover tu pieza tienes que apretar hacia abajo en la casilla en la que estás y presionar de nuevo en la casilla a la que te mueves, para que la máquina reconozca tu movimiento. Al parecer el abuelo juega mucho, así que es un buen regalo. Pero es que el otro día hablé con Manolo, y me dijo que se puso a jugar con el abuelo en un tablero normal, de madera, ¡y el abuelo presionaba las piezas contra el tablero al mover, como si estuviera jugando al ajedrez electrónico! Dice Manolo que se rieron mucho. Igual Manolo tendría que haber imitado al brazo-robot al mover, trrrrrrrrriiiiiiiii - trrrrrrrrrreeeeeeeeee...
Hablando de regalos de Navidad, este año he sido el único que ha escrito carta a los Reyes Magos. Desde que te fuiste ya no es lo mismo, aunque más o menos intentamos seguir la tradición. En mi carta decía que, como de todas formas estaba regalando mis cosas y me iba de viaje, era una tontería que los reyes me trajeran cosas que no me iba a llevar, que sí que me iban a hacer falta una buena mochila, un buen saco de dormir, unas buenas zapatillas y cualquier otra cosa que se les ocurriera y que me fuera útil para el viaje, como por ejemplo un termo. Y la siguiente vez que voy a Badajoz llega papá y me dice, Didgewind, Manolo te va a regalar el saco, Javi la mochila, yo las zapatillas y el abuelo el termo. Digo yo, eficacia alemana, pero a la española.
¿Te acuerdas de la niña de la que te hablé y que me duró sólo una semana? Bueno, pues hubo algo que me dijo cuando le conté que tenías cáncer y que andabas jodida, y fue que le había llegado mucho lo tuyo porque ella era Escorpio, como tú, y al parecer dicen que cuando un Escorpio se va, otro llega. Lo que pasa es que ya te dije que tras una semana no volví a saber más de ella. Pero este diciembre conocí a otra chica, también Escorpio, y los dos meses que hemos pasado juntos antes de irme han sido geniales. Te habría encantado, me la llevé a Badajoz y a papá y al abuelo les gustó mucho. El abuelo incluso me dice que le diga que les llame de vez en cuando, para ver qué tal está. Los últimos años parece que mis amantes son todas Cáncer, y mis amores verdaderos Escorpio. Aunque en este caso parece que la Escorpio vino y el Acuario se fue. Pero bien, aunque estemos separados seguimos en contacto, quién sabe, igual algún día se viene conmigo de rule por ahí. Ya veremos qué pasa.
Bueno, pues te dejo ya que al final me ha salido una carta muy larga, aunque es normal, hacía más de un año que no te contaba nada. Ahora a ver si donde estés puedes leer este blog, desde mi punto de vista en el momento en que mueres todas tus partículas se reparten colectivamente, y por tanto tu consciencia se reparte colectivamente también, así que cualquiera que lea esta carta estará contribuyendo a que tú también la leas. Quién sabe.
Venga, te dejo ya que si no al final me enrollo. Espero que te cuides donde quiera que estés,
tu hijo que siempre te quiere y te echa de menos,
dw