Let It Flow II
Llueve sobre Venecia. Es mi primer contacto con la ciudad, en un día con viento y nubes. Nubes de tormenta, quizás. En realidad, yo no debería estar aquí. Claro que, en realidad, yo no debería estr en ninguna parte. El eterno enigma de las infinitas posibilidades. Supongo que ahora lo tengo más en mi cabeza porque venir a Venecia de una forma tan directa y gastando tanta pasta ha sido decisión de kate. Yo me habría tomado mi tiempo, me habría quedado un par de días más con Gaby, un día más en Montpellier con el maníaco depresivo de Stephane compartiendo su fase maníaco alcohólica, otro día más con John en Menton, en su apartamento de 70 metros cuadrados charlando sobre por qué le dejó su mujer, por qué descarga toda su rabia y frustración sobre el gato de ésta, viendo películas y escuchando hip-hop a todo volumen. Así habría habido más tiempo para buscar couchsurfers, más tiempo para dejar que surgieran oportunidades, más tiempo para hacer autostop, sin prisas, con pausa, saboreando cada momento y sin forzar al universo a tomar decisiones precipitadas sin permitir que se muestren todas las posibilidades. Má, kate tiene sólo tres semanas de vacaciones, y cuando decía que le gustaría viajar con alguien con mi mentalidad se refería a eso, a mi forma de pensar, no a mi forma de viajar ni de dejar que las cosas fluyan. Así que viajamos en autostop hasta que kate se cansó (un día y medio) y luego nos gastamos 100€ en un par de trenes hasta Venecia, más la noche de estancia en Niza y las tres noches aquí. Aproximadamente un 15% de mi presupuesto total para 5 años. Eso sí, sin contar ingresos, que no tengo muy claros desde que cambié mi didgeridoo en mib por un fa y estoy más ocupado intentando averiguar por qué no estoy cómodo con él que en desarrollar mi arte y compartirlo con el universo (y quizás obtener unas monedas a cambio).
Ahora ha dejado de llover, y luce el sol. Hoy kate y yo nos lo hemos dado de respiro. Necesito pasear (Venecia es una ciudad hecha para perderse), parar de vez en cuando a tomar un té y escribir. Si realmente creo en lo que pregono que creo, debería estar agradecido al universo por darme la oportunidad de practicar la aceptación; aceptar a kate tal y como es, aceptar la situación sin perder energía pensando en lo que pudo ser, y aceptarme a mí mismo con las comeduras de cabeza que os estoy mostrando.
Tanta gente... esta noche iremos a un restaurante a comer pasta (eco, al fin y al cabo estamos en italia). Kate dice que me va a invitar a un paseo en bote por el Gran Canal, y que igual me invita también a cenar. La pobre se siente culpable por cómo me siento yo, y además hoy le han ingresado 3.000£ en shares (debe ser algo así como beneficios) de una compañía para la que trabajaba su padre. Aunque en realidad ella tiene menos dinero que yo, porque aún debe 10.000£ de un préstamo que pidió para poder terminar sus estudios.
Yendo de Fuengirola a Mojácar me recogió un camionero que me dijo que estando en paro el gobierno te suvenciona el carné de camión, y que podía sacármelo y así lo aprovechaba para moverme y sacar pasta durante mi viaje (por ejemplo, llevar una carga de italia a eslovenia. Hago el viaje y me saco dinero), pero tendría que volver a Badajoz para hacerlo. Igual un día, pero voy a esperar porque un hombre de negocios que nos encontramos en el tren de Milán a Venecia nos dijo que desde lo de los Lehman Brothers todo iba fatal, que donde él trabajaba antes eran 100 y ahora son 5 y que en 3 meses, 1 año a lo sumo el sistema iba a colapsar. Y preferiría no estar en Badajoz mientras colapsa. Así que ya veremos.
Ahora ha dejado de llover, y luce el sol. Hoy kate y yo nos lo hemos dado de respiro. Necesito pasear (Venecia es una ciudad hecha para perderse), parar de vez en cuando a tomar un té y escribir. Si realmente creo en lo que pregono que creo, debería estar agradecido al universo por darme la oportunidad de practicar la aceptación; aceptar a kate tal y como es, aceptar la situación sin perder energía pensando en lo que pudo ser, y aceptarme a mí mismo con las comeduras de cabeza que os estoy mostrando.
Tanta gente... esta noche iremos a un restaurante a comer pasta (eco, al fin y al cabo estamos en italia). Kate dice que me va a invitar a un paseo en bote por el Gran Canal, y que igual me invita también a cenar. La pobre se siente culpable por cómo me siento yo, y además hoy le han ingresado 3.000£ en shares (debe ser algo así como beneficios) de una compañía para la que trabajaba su padre. Aunque en realidad ella tiene menos dinero que yo, porque aún debe 10.000£ de un préstamo que pidió para poder terminar sus estudios.
Yendo de Fuengirola a Mojácar me recogió un camionero que me dijo que estando en paro el gobierno te suvenciona el carné de camión, y que podía sacármelo y así lo aprovechaba para moverme y sacar pasta durante mi viaje (por ejemplo, llevar una carga de italia a eslovenia. Hago el viaje y me saco dinero), pero tendría que volver a Badajoz para hacerlo. Igual un día, pero voy a esperar porque un hombre de negocios que nos encontramos en el tren de Milán a Venecia nos dijo que desde lo de los Lehman Brothers todo iba fatal, que donde él trabajaba antes eran 100 y ahora son 5 y que en 3 meses, 1 año a lo sumo el sistema iba a colapsar. Y preferiría no estar en Badajoz mientras colapsa. Así que ya veremos.
1 comentario:
Nunca son ocasiones perdidas, son ocasiones ganadas. Y te lo digo, que me digo eso mismo muchas veces.
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