domingo, agosto 26, 2007

Sueños húmedos

Anoche soñé con una amiga a la que últimamente no veo mucho. Es curioso porque esta niña me atrajo en su momento, y yo pensaba que esa atracción era cosa del pasado. Pero ha tenido que venir mi inconsciente en forma de sueño erótico para decirme que no, que el pasado está muy presente y que aún sigo queriendo hincarle el diente. Así que ahí estábamos, llamémosle Lucía y yo, en medio de mi sueño metiéndonos mano, y la verdad es que yo me notaba demasiado excitado (un amigo mío diría bastante berraco), cosa que ahora que lo pienso me resulta algo extraño, ya que mi última paja me la hice el miércoles por la noche volviendo de Sevilla y no es normal que dos días después tenga un sueño húmedo. Por cierto que, for the record, en esos momentos no es lo mismo ser tío que tía, me refiero a masturbarte mientras estás conduciendo, ya que al contrario que ellas (en este magnífico relato Merteuil nos describe esta situación desde su punto de vista) los tíos no lo tenemos tan fácil, entre otras cosas por el hecho de tener que coordinar de alguna manera el uso de algún papel, o trapo, justo en el momento oportuno, no a posteriori a menos que quieras dejarlo todo pringado, con el trabajo en sí, y siempre a una sola mano porque en la otra tienes el volante (es más fácil en este caso ir por autovía, ya que como siempre vas en quinta, tienes una cosa menos de la que ocuparte), y no es plan de pegártela por estar en otras cosas y que luego cuando vayan a rescatarte (o a recuperar lo que quede de ti) te encuentren con los calzoncillos bajados, claro que pensándolo bien, en ese momento probablemente sea lo que menos te preocupe. Pero ésta es otra historia que seguro da juego para otro relato, lo que os iba contando es que estaba yo con mi amiga y estábamos hablando, y yo ya estaba muy excitado. Y luego nos dimos un par de besos y me excité todavía más, y besé su cuello y gimió y yo pensé que iba a explotar, así que intenté calmarme un poco, pero entonces me mostró sus senos y cuando toqué un pezón duro y turgente ya no me aguantaba más, y al chuparlo y agarrar ella mi cabeza y apretarla contra sí al tiempo que gemía más fuerte creí que me corría, y no entendía por qué estaba tan (berraco) excitado. Me separé, respiré profundo tres veces e intenté centrarme un poco y pararme cuando no pudiera más, pero vi cómo Lucía entrecerraba los ojos y se agachaba entre mis piernas... en ese momento me desperté (y no es coña), así que no sé si el sueño podría calificarse de húmedo, ya que humedades no hubo ninguna, al menos por mi parte, aunque lo que sí es cierto es que la tenía, como diría Neige, dura como una piedra. Pero estuvo bien, me moló, fue muy agradable y ha hecho que vuelva a mirar a esta amiga con otros ojos. Acabo de comer y me voy a echar la siesta, digamos que con expectativas. Y cuando vuelva a Madrid voy a llamar a Lucía. Pa ver qué se cuenta.

1 comentario:

Jaime dijo...

Como diría mi amigo Pere Navarro, si conduces no te masturbes, que luego pasa lo que pasa...
Ahora en la DGT habrá que añadir a las causas de los accidentes "Distracciones por masturbación".
¿Cuántos puntos te pueden quitar si te pillan? Lo tendré que preguntar.