domingo, marzo 18, 2007

Días perdidos

El día gris
de sol viudo
se aurruca en unas manos
de viejo papel
y dormita en la pereza
de lo mediocre,
sin remordimientos ni llantos.

El día gris
conoce lo efímero de su ser
y deja que pase el tiempo lento
sin levantar la cabeza
y sin abrir unos ojos
que ya nacieron cerrados.

El día gris
no rompe el silencio
pues pasa de puntillas.

El día gris
es el hijo bastardo
del calendario,
es el odiado y el perdido.

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