der cicerone
me quieres
porque puedes contar con los dedos que te faltan
porque cuando juegas a las escondidas
tengo encendidas las luces de esos lugares donde te aferras a las rodillas
porque mis ventanas son como puertas
y a los pájaros de esa felicidad lírica y fallida le alcanzan sus nidos con nuestras alpargatas
me quieres
porque cuando llueve a las nubes (las que nos vuelan entre la naríz y la frente)
les espanta mi tambor de hojalata
mis palabras de hierro mis ganchos de risa maldicha mi maneras de niño resabido
porque hablo tu nombre cuando todo en ti está callado y no sabes volver.
der cicerone
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