viernes, enero 19, 2007

LA SOLEDAD ERA ESTO

La soledad, a la que todavía no he asumido como única compañera, ha reducido al resto de mis sensaciones/emociones a cero durante este último año. La llegada del año nuevo no ha hecho más que acentuarla, constatarla con la ayuda de todos esos festejos, reuniones y nuevos propósitos que conlleva. Para los que no nos gustan este tipo de falsas felicidades puestas en común y tampoco hemos tenido con quién compartir todas estas tradiciones en el caso de habernos querido unir a la masa colectiva, nada ha cambiado. ¿Por qué iba a cambiar? ¿Qué hay de mágico en el ecuador de las 12 campanadas que separan un año de otro?. Por mi tarde mi soledad sigue aquí, atada a mis tobillos,. Ella tampoco ha salido a celebrar nada y lo entiendo, tenerme a mí como única compañera tampoco debe ser muy agradable.

Cada mañana me despierto con la amargura de tener que empezar un nuevo día, todo entero y vacío para mí. A veces con los ojos hinchados de tanto llorar, otras de tanto dormir para no pensar. "El sueño como última evasión del mundo, el sueño como símbolo de la soledad" que escribió Paul Auster. Salir de debajo de mis sábanas, sentarme sobre la cama, mirar al frío suelo, sentirlo bajo mis pies descalzos y ponerme de pie, es como saltar un abismo.

Paso cada tarde frente a una pared gris llena casilleros en los que tengo que ir clasificando las cartas que la gente escribe. El distrito 45 al casillero 45, el 20 al 20, el 16 al 16, el 46 al 46...Ahora no tengo ningún compañero en mi puesto de trabajo: la parte izquierda de un casillero para dos personas en el que sólo estoy yo (como en mi cama, también duermo en el lado izquierdo, sola). Hay tardes en las que me ponen un compañero en el lado derecho pero en seguida se lo llevan a otro sitio. Así con varias peronas durante el paso de las semanas que llevo allí. Esto provoca que cada vez que pasa alguien por el pasillo que une mi casillero con otros, intentando darme conversación (se ve que les doy pena) ,me comentan que qué sola estoy, que si mi destino es estar sola, que qué les hago que se van al día siguiente....Asoma entonces a mis labios una sonrisa (máscara de dolor) y asiento como buenamente puedo, ya que sólo intentan ser amables, y giro otra vez la vista al gris, para que no vean mis ojos humedecidos que se cierran sin apenas darme cuenta, dejando salir algunas lágrimas de su encierro. No puedo evitar sacar estos comentarios del contexto trabajo para asociarlos al de mi vida. Siempre he sido de las que necesita compartir sus vivencias con alguien, de las que necesita verse reflejada en los demás para existir. Este año he perdido a mi mejor amiga y hace algo más que me quedé sin pareja, con lo que debo enfrentarme a mi vida sola . Venimos solos al mundo y por más que interactuemos con los demás siempre estamos solos en nuestro interior, nadie puede entrar en él. No podemos compartirlo, lo más que podemos hacer es intentar explicarlo y seremos afortunados si conseguimos que alguien se haga una idea de lo que llevamos dentro. El sufrimiento y el placer más intenso siempre se sienten en soledad. Es imposible compartir un dolor extremo al igual que es imposible compartir un orgasmo: la sensación que nos inunda sólo la podemos sentir nosotros mismos por más que tratemos de explicársela a nadie. ¿Cómo explico yo que el peso de la levedad me rodea por completo y me impide tener un contacto real con el exterior?. Sólo se puede llegar a entender (apróximadamente) a alguien, cuando alguna vez se ha sentido algo parecido. O eso creo yo.

Sin mis grandes pilares, que han ido desapareciendo a lo largo de mi vida, sin los testigos y compañeros de mis vivencias, me encuentro en estado ingravito, flotando a duras penas en el espacio y peleando con la nada que me hace adoptar bruscamente posturas ora cabeza arriba, ora cabeza abajo sin ningun tipo de armonía. Se dice que a una persona se la conoce conociendo a sus amigos. También se dice que uno tiene lo que se ha ido buscando. Si dejara de flotar torpemente y consiguiera aprender a volar por el espacio, sería que he alcanzado un equilibrio y que domino y disfruto mi nuevo estado: que asumo las consecuencias de mis actos y mi realidad actual.Cosa que no sucede.

De momento me he comprado unas bolas para hacer malabares. Con ellas pretendo concentrar mi energía en hacerlas girar a mi antojo, con equilibrio y armonía. Y quién sabe si con el tiempo, conseguiré hacer lo mismo con mi cuerpo en el espacio de mi vida. Con el corazón y la mente en el espacio de mi alma.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Merteuil

despues de leerte se me presenta una disyuntiva, hablar de tu manera de escribir, preciosa, linda como una caricia, suave comom la brisa de mar,... o mirar el contenido, .. Dice un gran amigo que los mejores momentos de la creacion artistica se dan siempre en momentos duros, en momentos oscuros,... si hubiera de darle la razon tendriamos que condenar a los artistas a una vida de tristeza y amargor para deleitarnos nosotros con el fruto de su sufrimiento, no, yo no puedo creer eso, yo no creo que la oscuridad de unos engendre la luz para el resto, debemos encontrar la manera de que la luz de nuestro interior alumbre al resto a traves de las paredes de nuestro alma, la luz que llevas refleja tambien hacia dentro, pero debes abrir los ojos para verlo.... y apretar los dientes

Victor Manuel Jiménez Andrada dijo...

No estás sola. Te tienes a ti misma y a tus posibilidades. La soledad no es un estado permanente sino una circunstancia coyuntural. En cualquier caso siempre nos queda este rincón de Revista Vícaro para estar un poquito más acompañados.

andreas . dijo...

creo que hay que diferenciar la soledad en sí, del sentimiento de soledad. la primera expresa un estado , más físico. mientras que la segunda expresa un estado mental, psicoemocional.
el paso de un lugar a otro, del que nos encontramos provoca un vacío que muchos llaman soledad, y efumísticamente denominan: estar sólos/as..
pienso, que al estar con nosotros/as, sin más compañía que las palabras que nos dirigimos, las emociones que palpitan en nuestro interior.. no es estar sólos/as. el tener a alguien, como un seguro diario en el que desprendemos parte de nuestro días, de nuestra vida a ratos o en momentos, tampoco es estar acompañados, o no estar sólos/as..

Carlos Rebate dijo...

Querida Merteuil,
Los malabares te ayudarán. Mientras disfrutas de las pelotas volando por el aire tu mente permanecerá quieta, y no habrá yo, y sin yo no habrá soledad. Encuentro en los malabares una gran terapia para la revolución personal. Si los malabares no funcionan aquí estamos. Muchos besos,
Carlos